Ante la evidencia creciente de que las personas asintomáticas también pueden transmitir el coronavirus, el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) recomienda el uso de mascarillas a la la población general.
"Su uso por parte de personas asintomáticas puede considerarse una extensión de la práctica actual por parte de individuos sintomáticos", señala la organización en un informe publicado este miércoles.
"Una mascarilla puede ayudar a reducir la a propagación de la infección minimizando la secreción de las gotas respiratorias de las personas infectadas que pueden no saber que lo están y antes de que desarrollen cualquier síntoma", explica la institución sanitaria. Un cambio de criterio que llega tras la acumulación de estudios y evidencias científicas sobre cómo se transmite el virus SARS-CoV-2, aunque la institución advierte que "todas las pruebas relevantes provienen de estudios sobre la gripe y otros coronavirus y pueden no ser directamente aplicables".
El ECDC pide que se considere el uso de mascarillas "especialmente cuando se visitan espacios cerrados y concurridos, como tiendas de comestibles, centros comerciales, o cuando se utiliza el transporte público, etc.". Ante la escasez de mascarillas médicas, cuyo uso debe ser prioritario para los trabajadores de la salud, señala como alternativa para la población general "las mascarillas no médicas hechas de diversos textiles".
Hasta hace tan solo una semana, instituciones sanitarias como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Ministerio de Sanidad y los gobiernos de la mayoría de los países occidentales desaconsejaban la utilización de mascarillas, especialmente las caseras, en la población general sana para frenar la pandemia. Sin embargo, la postura de los organismos sanitarios va cambiando según se conocen más datos sobre la transmisión del nuevo coronavirus.
El ECDC recuerda que el uso de mascarillas debe considerarse únicamente como "una medida complementaria y no como un sustituto de las medidas preventivas establecidas, por ejemplo, el distanciamiento físico, el protocolo respitatorio, la higiene meticulosa de manos y evitar del contacto con cara, nariz, ojos y boca". También advierte sobre su uso adecuado, siempre "desde el puente de la nariz hasta la barbilla".