La tenemos ahora mismo en nuestro organismo. En verdad, somos capaces de producirla por nosotros mismos, aunque eso no quita que la glucosamina tenga importantes efectos en nuestra salud. Saber cuáles son, cómo puede sernos de utilidad y de qué maneras indeseadas puede afectarnos es importante.
¿Qué es la glucosamina?
Se trata de un amino-azúcar (una mezcla de proteína e hidrato de carbono) que actúa en nuestro organismo como base para generar una amplia variedad de otras moléculas que necesitamos para sobrevivir. Dicho de otra manera: es un ingrediente fundamental. Pero a pesar de todas sus funciones, la más importante y por la que es realmente reconocido es por ser la molécula encargada de mantener y desarrollar el cartílago en las articulaciones. Se encuentra también en la naturaleza. Es un componente fundamental de las conchas de los moluscos, de los huesos de otros animales y de los hongos. De hecho, los suplementos que podemos adquirir de glucosamina normalmente se obtienen de estos productos.
Sus beneficios
La glucosamina suele utilizarse para tratar los procesos inflamatorios. Aunque los mecanismos por los que esto tiene lugar no son comprendidos todavía, una gran cantidad de estudios científicos han probado que el efecto sí que tiene lugar. En uno realizado (in vitro) por investigadores de la Pukyong National University, en Corea del Sur, se demostró un importante efecto antiinflamatorio cuando la glucosamina se aplicó a las células responsables de la formación y desarrollo óseo.
Pero el más relevante fue uno llevado a cabo por científicos del Fred Hutchinson Cancer Research Program, en Estados Unidos. En él se demostró que los participantes (200 en total) experimentaban, de media, una reducción del 24% al 28% en dos biomarcadores específicos de inflamación: el CRP y el PGE.
Por otra parte, desde hace ya bastantes años se utiliza la glucosamina para mantener y mejorar el funcionamiento de nuestras articulaciones. En este sentido, la glucosamina es fundamental para generar dos componentes imprescindibles de las articulaciones: el cartílago y el líquido sinovial. El primero es un tejido blando y flexible que separa los huesos para que no rocen entre sí. El segundo, el líquido sinovial, al igual que el aceite de un motor, actúa como lubricante. La glucosamina es un componente fundamental de ambas sustancias, con lo que es esencial para su mantenimiento y producción. Un estudio realizado por la Juntendo University, en Tokio, analizó los efectos de la glucosamina en 41 ciclistas y concluyó que tres gramos de esta sustancia al día reducía la degradación del colágeno de las rodillas un 27%, comparado al 8% que experimentó el grupo de control que tomó un placebo. Del mismo modo, otro estudio elaborado por la misma universidad determinó que exactamente el mismo efecto tenía lugar en jugadores de fútbol que tomaron 3 gramos de glucosamina diarios durante un periodo de tres meses.
Los más mayores, salvados
Los deportistas, aunque se investiga sobre su salud, no son un foco principal de atención de la investigación médica. En cambio, la tercera edad sí. Por eso, los efectos de la glucosamina sobre las enfermedades articulares, como la osteoartritis, se han estudiado extensamente. Estos trabajos científicos aportan muchas pruebas de que la suplementación diaria con glucosamina ofrece un efectivo tratamiento a largo plazo para la enfermedad, produciendo una reducción significativa del dolor, manteniendo el espacio que separa los huesos de las articulaciones y reduciendo la velocidad a la que se desarrolla la enfermedad.
Además, otros estudios han probado que esta molécula reducía los marcadores de la artritis reumatoide en ratones. Un trabajo similar tuvo lugar en humanos. Los resultados fueron controvertidos. Desde un punto de vista molecular, los investigadores no observaron ningún tipo de reducción en la cantidad de marcadores biológicos, pero los participantes en el estudio decían que notaban una gran mejoría.
Las posibilidades
Debido a que podríamos considerar la glucosamina como un 'ingrediente' fundamental de nuestros tejidos, sus aplicaciones podrían ir mucho más allá. Es necesario aclarar que sigue haciendo falta mucha investigación, pero, de momento, la comunidad científica ve indicios de que esta molécula podría tener un papel destacado para tratar la cistitis intersticial, el colon irritable y el glaucoma.
Efectos secundarios
Para la inmensísima parte de la población, el consumo de glucosamina es completamente seguro. A fin de cuentas es una molécula que producimos y utilizamos nosotros mismos. Eso no quita que, como aclaran desde los National Institutes of Health de Estados Unidos, puedan existir reacciones adversas. Son las siguientes:
- Náuseas y vómitos
- Diarrea
- Reflujo ácido
- Dolor abdominal
También aclaran que, aunque no hay pruebas, no se recomienda el consumo de glucosamina a las mujeres embarazadas o a las que estén dando el pecho. Esto se debe a una falta de evidencia científica sobre su seguridad. Además, si sufrimos diabetes, el consumo de glucosamina puede alterar la acción de la insulina, por lo que se recomienda asistir a un médico antes de empezar a suplementar la dieta con esta sustancia.