El hidrógeno es bombeado a través de un tipo especial de celda de combustible -un dispositivo electroquímico- que lo convierte en electricidad, mientras que sólo emite agua que puede ser bombeada con seguridad al océano. A pesar de su novedosa fuente de combustible, el buque es capaz de alcanzar los 17 nudos y de viajar 6.000 kilómetros antes de que necesite reponer combustible, lo suficiente para cubrir una travesía por el Atlántico a Europa.