En su concierto del intermedio de la SuperBowl del año pasado, Adam Levine de Maroon 5 se quitó la camiseta y se quedó en el escenario medio desnudo. Lo mismo hicieron Red Hot Chili Peppers al completo, en 2014.
Pero para ciertos espectadores de la final de la liga de fútbol americano, la actuación de Shakira y Jennifer Lopez el pasado domingo fue demasiado sensual. Obscena, incluso. Lo nunca visto desde el famoso «nipplegate» de Janet Jackson. Así lo describe un editorial del periódico estadounidense USA Today, titulado «El show debería haber tenido una advertencia parental». Según este diario, la actuación fue «porno suave» ya que mostró a Jennifer Lopez «agarrándose la entrepierna repetidas veces», tal como siempre hacía Michael Jackson, o como hizo el rapero Nelly en la Superbowl de 2004.
En las redes se pueden encontrar cientos, miles de comentarios de usuarios que se quejan de la hiper-sexualización de la mujer sobre la que se construyó el espectáculo de las divas latinas. Especialmente en Estados Unidos, donde portales de noticias como Breitbart News han viralizado un tuit con el título de «Strip Show», en el que se muestra un montaje de los movimientos más sensuales del concierto.
A muchos espectadores tampoco les gustaron las referencias a la inmigración que se hicieron durante la actuación. La propia NFL señaló que la selección de Shakira y JLo para el show del descanso ha formado parte de los esfuerzos de la organización para demostrar que están a favor de la diversidad cultural, pero en las redes también pueden verse muchas quejas por el mensajito que se lanzó a Trump cuando salieron docenas de niños latinos al escenario: todos estaban dentro de una especie de jaulas de luz, que simularían las celdas utilizadas por el gobierno estadounidense para encerrar a los inmigrantes menores de edad.
La hija de Jennifer Lopez, Emme, lo dejó aún más claro al arrancarse a cantar el «Born in the USA» de Bruce Springsteen, y la respuesta no se hizo esperar en las redes.