Los problemas no cesan en el seno de la firma de lencería femenina Victoria's Secret. Ya no solo dejará de haber más desfiles (que antaño supusieron todo un hito en el mundo de la moda y del espectáculo), sino que sus más altas esferas están acusadas de haber abusado sexualmente de sus modelos. En el punto de mira está Ed Razek, el hombre que supo llevar la marca a su más alta cima y que luego se hizo con el control de Limited Brands, la empresa minorista propietaria de la firma.
No solo figura como sospechoso número uno de acoso sexual, sino que también realizó ciertos comentarios lesivos contra las personas transgénero y las modelos de talla grande en su desfile de 2018, lo que derivó en una campaña de desprestigio a la marca por parte de la comunidad LGTB y el movimiento feminista, con la sombra del #MeToo planeando en la sociedad norteamericana.
A raíz de todas estas polémicas, la compañía ha ido perdiendo valor de mercado con el paso del tiempo (hasta un 50% en 2018). Pero una nueva investigación realizada por 'The New York Times' apuntala toda la credibilidad en el buen hacer del que en su día presumió la marca, y ofrece más datos sobre las supuestas violaciones a la intimidad de las actrices, así como los fraudes que se han ido cometiendo en la sombra.
Varios de ellos tienen nombre y apellidos: Russell James, uno de los fotógrafos más conocidos de Victoria's Secret que, según el reportaje del medio norteamericano, llegaba a ganar miles de dólares al día por sus trabajos.