En sus últimas horas de vida Kobe Bryant estuvo en varios lugares junto con su hija Gianna. Uno de ellos fue visitar la Iglesia, como lo hacía regularmente.
La última aparición pública de Kobe había sido, como era de esperar, en un partido de baloncesto, y fue tan lejano como el 21 de diciembre. Fue con la propia Gianna, a la que apodaban cariñosamente Gigi.
Así que, en tiempos de las redes sociales, su ultima reacción oficial la encontramos en Twitter y fue un acto de caballerosidad deportiva: la noche antes de morir, felicitó a LeBron James por su actuación en el partido en el que, precisamente, superó su propia marca y lo desbancó como el tercer máximo anotador de la historia de la NBA. Entre lágrimas, LeBron explicaría mas tarde en su Instagram que el mismo día del accidente, también intercambiaron unas palabras por teléfono. Se refirió a él como un hermano y a Gigi como una sobrina. Pero no fue lo único que Bryant hizo antes de tomar el helicóptero a las 9 de la mañana.
Ir a misa
Dos horas antes, a las 7, Bryant, católico practicante, pasó primero por la iglesia. Según informa la CNN, el deportista acudió al servicio de la Nuestra Señora Reina de Los Ángeles, en Newport Beach, donde el padre Steve Sallot asegura que intercambió con él un apretón de manos y pudo apreciar que tenia agua bendita en la frente.
Bryant siempre se sentaba en los últimos bancos de la parroquia para no armar revuelo, y ese día paró unos minutos en la capilla para rezar en soledad. Poco después, siguió para tomar el que era su medio de transporte habitual. Desde 2006, acudía en helicóptero a los entrenamientos y a los partidos, con la intención de optimizar el tiempo. "Tenia que ver la manera de poder seguir entrenando y concentrado en lo mío sin sacrificar el tiempo con la familia", llegó a decir, según recordaba el Wall Street Journal.
Kobe llamaba a su helicóptero el "Mambacoptero", en juego de palabras con su apodo como jugador, "Mamba Negra". El mismo rotativo recreaba el trayecto que esperaba hacer y que ya había ejecutado el día anterior: desde el aeropuerto John Wayne, el mas cercano a su casa de Newport Beach, hasta el aeropuerto de Camarillo, el más próximo a la academia de deportes Mamba, de su propiedad, y donde su hija se disponía a disputar el encuentro. Un vuelo que le ahorraba casi una hora de trayecto respecto al viaje en coche. El día salió demasiado nublado y recomendaban no viajar (en una fatalidad con ecos de la muerte de John John Kennedy hace ahora dos décadas). Esta vez el piloto sí era experto (Ara Zobayan contaba con 8.200 horas de vuelo a sus espaldas) pero la tragedia fue igualmente inevitable y se estrellaron contra una montaña después de un brusco descenso que es, a día de hoy, el principal enigma del accidente. También fallecieron, como bien es sabido, Keri, Alissa y Alyssa Altobelli, matrimonio amigo y su hija compañera de equipo de Gigi, así como la entrenadora del equipo de ambas, Christina Mauser, además de otra jugadora, Payton Chester, con su madre, Sarah Chester.
Fuente: Diario El Confidencial