Uber, la popular aplicación de transporte privado de personas, remeció la coyuntura en Colombia esta tarde, tras una serie de desaveniencias políticas con el Gobierno de este país.
Tras una serie de especulaciones, la aplicación de taxis confirmó, por medio de su cuenta oficial de Twitter, su salida del país norteño a partir del sábado 1 de febrero de 2020.
¿Pero, a qué solución se refiere la empresa? La compañía estadounidense había propuesto al Gobierno del presidente Iván Duque una reunión de alto nivel para negociar la decisión del SIC, por considerarla “arbitraria y cuestionable”.
Ante esto, el director de la Agencia de Defensa Jurídica del Estado, Camilo Gómez, negó en conferencia de prensa que haya existido una “mala intención” de parte del Estado y manifestó “las leyes se van a seguir aplicando por igual a todos nacionales y extranjeros”.
Tras evaluar demandar a Colombia por un supuesto incumplimiento del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos -por ordenar el cese de sus actividades-, finalmente Uber determinó su salida del país, el segundo de Latinoamérica donde se estableció en 2013.
Uber: historia
La compañía Uber Technologies Inc. se funda en marzo del año 2009 en Delawere, Estados Unidos, por los empresarios Garrett Camp y Travis Kalanick.
Iniciaron con una flota de automóviles proporcionada y aprobada por la empresa, hasta que en 2012 deciden trabajar mediante un aplicativo móvil para captar más carros y abarcar más territorio con los llamados ‘Uber X’.
Tras conquistar el mercado estadounidense, Uber inició a partir de 2014 su estrategia de expansión global, apuntando a Europa y América Latina.
Países donde Uber tuvo problemas
El incidente sociopolítico ocurrido en Colombia no es el primero que afronta Uber en su historia.
Tras su llegada a España, en 2014, la empresa sufrió una serie de protestas por parte del gremio de taxistas formales. La polémica escaló a un nivel judicial, donde el Tribunal de Madrid obligó a Uber a cerrar sus actividades en todo el país; no obstante, la medida fue acatada parcialmente.
En Brasil ocurrió una situación similar. Luego de una serie de denuncias por malos tratos por parte de los taxistas, algunos Estados del país -como la capital, Brasilia- prohibieron su funcionamiento.
Incluso dentro de los Estados Unidos, Uber enfrentó conflictos de acuerdo a las leyes de cada Estado. En Portland, Oregón hubo demandas por operar ilegalmente, mientras que en Nueva York se enfrentó a una propuesta para limitar el número de vehículos nuevos, que competían desigualmente contra los gremios formales.