El jugador alemán no quería seguir experimentando la fantasía desbordante de los triunfos –escasos por demás en este deporte– y el choque violento de realidad cuando llegaba la derrota, el fracaso, las recaídas en problemas físicos porque los tiempos de recuperación se aceleraban para que volviera a competir lo antes posible y que al final llevaron a que fuera cada vez más difícil estar en una cancha.
En 2014, el exjugador, André Schurrle, fue campeón del mundo con Alemania, hoy, 10 años después se dedica a escalar montañas con el método Wim Hof, uno de los desafíos de resistencia más difíciles del mundo. Consiste en la combinación de terapia de frío con ejercicios de respiración y concentración.
Equipos de André Schurrle
Alemania: Mainz, Bayer 04 Leverkusen, Wolfsburgo, Borussia Dortmund
Inglaterra: Chelsea, Fulham
Rusia: Spartak de Moscú
Labor en Brasil 2014
El alemán, Schurrle, anotó un total de 3 goles en 6 partidos disputados en la Copa del Mundo de Brasil del 2014.
El alemán escaló con el torso descubierto las montañas del Sniezka, a 1603 metros sobre el nivel del mar, siendo el punto más alto de la República Checa.
Schurrle describió esta experiencia en su Instagram:
"Los últimos minutos no pude sentir nada y tuve que encontrar algo muy dentro de mí para seguir adelante. Una experiencia que nunca olvidaré! -19 grados, 100 km/h viento en nuestras caras, fuerte nieve y lluvia. Lo que aprendí... mi cuerpo y yo somos más fuertes de lo que pensaba si pongo mi mente y alma en ello puedo hacerlo todo".
PASIÓN POR ESCALAR
Ya al poco de romper su contrato con el Spartak de Moscú, el último destino de su periplo en los terrenos de juego, llamaba la atención de los medios de comunicación por sus disparatadas 'stories' de Instagram.
El caso es que, lejos de tratarse este de un momento concreto de su nuevo día a día, era, en concreto, su nuevo día a día. Seguirle en las redes sociales es prácticamente una obligación para todo aficionado que guste de conocer nuevos mundos, de la escalada o de ver disfrutar de una forma distinta, alejada del lujo y las marcas de ropa, a quienes cuentan con recursos para elegir.
El mismo día de Nochebuena, Schürrle compartía un vídeo paseando descalzo por el césped de cualquiera que fuera su opción preferida para pasar las fiestas.
Un día antes, el 23, mostraba a sus seguidores la antesala de la cumbre de una montaña faraónica, salpicada de copos de nieve y que parece que acababa de ser testigo de una tormenta, al menos a tenor de lo que escribió el ex del Mainz 05, el Bayer Leverkusen, el Chelsea, el Wolfsburgo, el Borussia Dortmund o el Fulham.
El 'mindset' del alemán no está chapado a la antigua por acudir a la naturaleza para pasárselo bien y esquivar vacaciones plácidas en ambientes tórridos, rodeado de comida y facilidades, sino que es la consecuencia de un 'approach', como se suele decir ahora, moderno de la vida. En parte del contenido que sube a sus perfiles, se abre y cuenta cómo la psicología le ha ayudado a hacerse preguntas, las preguntas. ¿Cuáles son sus valores? ¿Y sus principios? ¿Está haciendo lo que debería para ser feliz? ¿Está aprovechando su pasajero paso, como el de todos, por la Tierra?... ¿Y si todos deberían afrontar el mundo como lo hace él?
Su carrera le habría dado cualquier futuro plácido
El mero hecho de haber ganado el Mundial o haber pasado por equipos de la talla del Borussia Dortmund o el Chelsea ya es aliciente para que, con un poco de interés, Schürrle hubiera irrumpido con facilidad en los platós de televisión.
En Inglaterra, donde él militó de la mano del Chelsea y el Fulham, es habitual ver a exjugadores de los equipos del 'Big Six' dejando por los suelos a los actuales futbolistas de los vestuarios que ellos compartían en el pasado.
Las críticas son tan constantes que hasta los presentes representantes de los proyectos punteros de la Liga Inglesa se han quejado al respecto.
Schürrle eludió tanto una como otra alternativa y abrazó, en un egoísmo necesario para ser feliz, lo que de verdad quería hacer. Pero no basta con su currículum para tomar consciencia de lo que podría haber sido después de colgar las botas. Hay que ahondar en sus desventuras en el césped para comprender el valor de un camino que, a poco que se contempla, hace babear a cualquier periodista: el germano debe tener mil historias interesantes que contar.
¿No es uno de los atractivos de la élite actual el esfuerzo de Thomas Tuchel por mantener al Bayern de Múnich entre los mejores del Viejo Continente? Pues bien: coincidió con André en las categorías inferiores del Mainz y le llevó a Primera División. Unos años después, convencería al Borussia Dortmund, donde alcanzó su plenitud táctica, de invertir 32 millones de euros en su expupilo en la que fue, entonces, una de las mayores operaciones de la historia del Signal Iduna Park.
¿No es recurrente aludir a la figura de José Mourinho como gran divertimento de este deporte? Pues tuvo al de Ludwigshafen am Rhein a sus órdenes en su segunda etapa en el Chelsea, en la que, juntos, ganaron la Premier League de 2015. El exextremo venía de salirse en el Leverkusen e, impulsado en la confianza de 'The Special One', desató la etapa de mayor cosecha de títulos de su carrera. Cuando el Wolfsburgo le recuperó para la Bundesliga, levantó la Copa y la Supercopa en el mismo periodo en el que se coronó en Gran Bretaña.
¿No es Claudio Ranieri uno de los 'abuelos' del deporte rey? En activo desde finales de los 80, dirige, en la actualidad, al Cagliari, con el que trata de ganarle al descenso italiano. Pues, en su etapa en el Fulham, después de ganar la Liga con el Leicester City, contó con Schürrle, a quien alineó como titular en 10 ocasiones. No tardó en dejar a los 'cottagers' por la puerta de atrás y pasó por la Roma, la Sampdoria y el Watford antes de regresar al 'Calcio'.
¿No es un tema de ferviente actualidad la ausencia de Thibaut Courtois de la Eurocopa de 2024 y su enfrentamiento con Domenico Tedesco? El portero hasta ha acusado a su entrenador nacional de filtrar información sobre ellos a la prensa. Pues este mismo estratega es el último que tuvo André en antes de retirarse. Después de un par de meses y algo más con él como jefe, dijo adiós al fútbol y hola al disparate.
Entre estas coincidencias -hay más: también estuvo con Peter Bosz en Dortmund- y lo que sabe de la convivencia de la Selección Alemana en el Mundial de 2014, de cómo se puede pasar de campeón de la Segunda División Alemana a ser considerado de los mejores del planeta o del mero hecho de tantas temporadas en la élite, ¿cómo de interesante sería tener una conversación con él? Quizá, un día, le dé al público este regalo. O quizá no: estará demasiado ocupado cabalgando un risco, trotando al lado de un volcán o sonriéndole a una tormenta de nieve