1. Ferenc Puskas
Cuando Puskas llegó al Real Madrid en 1958, ya tenía 31 años y una gran barriga que sobresalía por encima de su pantalón. Cuentan las crónicas que Luis Carniglia, entrenador blanco de ese entonces, preguntó a Santiago Bernabéu qué iba a hacer con el regordete húngaro, a lo que el presidente respondió “Ese es tu trabajo”. Sin embargo, su sobrepeso no le impidió convertirse en uno de los arietes más grandes de la historia del fútbol, recibiendo el trofeo al máximo goleador del siglo XX. . Como delantero rompió todos los récords de anotación, ganándose el apodo de Pancho o Cañoncito pum. Ganó 3 Copas de Europa,1 Copa Intercontinental, 5 Ligas y 1 Copa de España.