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Un agónico autogol le impide al Inter sacar la victoria frente al Monza (2-2)

En el minuto 93, en un desafortunado remate hacia su propia portería de Dumfries, cuando ya sentía suya la octava victoria en las últimas nueve jornadas, el Inter sufrió un frenazo durísimo contra el Monza con un empate (2-2). 

Con este resultado el Inter queda a dos puntos de la tercera plaza del Milan, con un encuentro menos, a tres del segundo, la Juventus, y a siete del liderato del Nápoles, que jugará este domingo; demasiado lejos cuando se intuía tan cerca, subido en un momento imponente frustrado a última hora por el Monza, que solo ha perdido uno de sus seis últimos duelos como local.

Entonces, el Inter ganaba por 1-2. En el minuto 22, un regalo de Pablo Marí en la salida de balón dentro del área, cuando intentó un regate que le adivinó para arrebatarle el balón Lautaro Martínez, significó el tanto del delantero campeón del mundo argentino que le dio una ventaja que parecía definitiva, hasta el 2-2 de Dumfries en la pugna aérea con Caldirola.

El 1-2 procedió de un error, pero también tuvo mérito de Lautaro Martínez, por su presión y por la forma con la que agobió a su adversario, para anotar la diana.

Después dispuso de un remate de cabeza, luego promovió un par de ocasiones y más tarde, ya en el tramo final, estrelló un derechazo en el poste. Hizo un buen partido. No fue suficiente.

El Inter fue eficaz en sus primeras oportunidades. No solo en el segundo gol, sino también en el 0-1 con el que había tomado ventaja a los diez minutos del enfrentamiento. El gol fue de Darmian, que apareció indetectable por el perfil derecho para remachar el centro desde la izquierda del central Bastoni, y abrir el marcador, nivelado de inmediato por el Monza, por medio de Ciurria, como hizo en el minuto 93, cuando el Inter saboreaba el triunfo.