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Diego Simeone rescató al Atlético de Madrid y lo encumbró entre los grandes

El técnico argentino Diego Simeone abre el debate constante y más a partir de los resultados gigantes que obtiene con el Atlético de Madrid que lo transformó en un protagonista y equipo grande a partir de jugar a la contra, ser fuertes en defensa, intensos y con una convicción que conmueve.

El Madrid lo reinventó Di Stéfano; el Barça, Cruyff, y el Atleti, Simeone.

Cuando el argentino llegó a Chamartín, el Madrid arrastraba 20 años sin ganar la Liga: se llevó ocho de las once siguientes y, en el camino, conquistó el Siglo XX. Por no hablar del asuntillo de las Copas de Europa.

Cuando el holandés ocupó el banquillo del Camp Nou, el Barça había logrado dos Ligas en casi 30 años y su identidad era la autodestrucción. Desde entonces, es el emblema del fútbol moderno. Por no hablar del asuntillo de las Copas de Europa.

Cuando el Cholo regresó al rescate, el Calderón tenía más reciente su paso por Segunda que su última Liga, entrar en Champions era un título y la derrota se había normalizado. Hoy gana y gana y vuelve a ganar. Y ahora hablaremos del asuntillo de la Copa de Europa. Hay personas que te cambian la vida en un momento. En el fútbol también. A veces es el hombre perfecto que lo hace todo y todo lo hace bien (Di Stéfano).

Otras, un idealista que cree poder cambiar el mundo... y lo cambia (Cruyff). O puede ser un tipo duro que sólo pretende sobrevivir para vivir otro día (Simeone). Hay mil maneras lícitas de competir y sólo importa que la que elijas guste a los tuyos. Y a los del Atleti, la de Simeone nos pone. Cuanto más se critique, mejor. Siempre nos gustó jugar a la contra.

Esta semana, después de ganar en la ida al Bayern con una primera parte impecable y teniendo tres de las cuatro ocasiones claras del partido, el Atleti fue sometido al juicio del que molesta y contó con el apoyo equivocado: Italia. La Gazzetta disfrazando a Simeone de Che, Trapattoni, Capello y Sacchi. Y como fiscal acusador, el (para mí) mejor futbolista español de la historia, Xavi, dando lecciones de ética desde, ejem, Qatar.

La sentencia estaba cantada sin necesidad de analizar los argumentos ni presenciar el sufrimiento feliz del partido de vuelta: catenaccio. Y punto.Pos bueno, pos fale. Me apetecería consultar a los poetas si es defensivo salir como el Atleti en sus dos últimas visitas al Camp Nou.

También les recomendaría ver tres ratitos del Milan de Sacchi antes de meterle en el saco conservador. Y cabría recordarle a Xavi que ese equipo que no juega como un grande ha eliminado al Barça en dos de las tres últimas Champions y le ganó una Liga en el Camp Nou. Incluso, arriesgándome al exilio, explicarles a los adalides del arte que existen personas a las que les aburre el toque infinito culé o los arreones de talento individual madridistas.

Sé que les resultará increíble, pero hay gente para todo. Conozco un personaje al que no le gustan ni el chocolate ni Charlize Theron y aun así vota y procrea. Cosas de la democracia.Sin embargo, ésa no es la cuestión y menos hoy. Por supuesto que el Atleti defiende y habría sido una sorpresa mayúscula si ayer se hubiera clasificado sin una nueva exhibición atrás . Y, sí, limitar a dos goles al impresionante Bayern de anoche, lo es.

El Atleti se clasificó defendiéndose. ¿Y qué?

Tras la ida, un amigo del Barça salió alucinado del Calderón: "Sois una secta".

Es cierto. Una que ha recuperado la grandeza gracias a un entrenador que compite con gigantes sin pedir perdón ni permiso. No pretendemos que guste, sólo que se le respete y se le tema...

Ya se le teme. Y con motivo.

Di Stéfano y Cruyff encontraron sucesores a la altura que perpetuaron su obra, con Simeone está por ver y da miedo pensarlo.

Pero ese es asunto para otro día. Hoy sólo queda agradecerle que cogiera un peluche y lo transformara en una jauría. Una jauría que en Múnich se rebeló contra su pasado convertido en uno de los tres o cuatro mejores equipos del mundo.

¿Defensivo? No. Orgulloso. Increíblemente orgulloso.

Fuente: Diario El Mundo España