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Lewis Hamilton: seis títulos en Fórmula 1 y multimillonario

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Lewis Hamilton fue tímido de pequeño. Se fue forjando con una llama interna que quería llevar a lo más alto del deporte a motor. Este fin de semana el británico consiguió su sexto título de Fórmula 1.  

El diario ABC de España presentó el siguiente artículo de Hamilton tras un nuevo título: 

Lo bendijo Bernie Ecclestone con su visión comercial avezada, un lince para extraer rédito económico de cualquier coyuntura, cuando Lewis Hamilton (Tewin, Inglaterra, 34 años) aún era un proyecto. 

"La Fórmula 1 necesita más pilotos como él». Se marchó Ecclestone con su mente privilegiada para el dinero y perdura Hamilton como el símbolo máximo de este deporte. «Es la única súperestrella de la F1», analiza ahora su jefe en Mercedes, el racional y cartesiano Toto Wolff. En una carrera que ganó su compañero Bottas, Hamilton conquistó en el excitante trazado de Austin su sexta corona de campeón. Le queda uno para alcanzar al mejor de todos los tiempos, el ahora convaleciente Michael Schumacher (siete). En una sola persona aúna el británico el poder, la riqueza y los títulos que procura la Fórmula 1.

Han pasado casi trece años desde que Hamilton derribó una barrera racial en el negocio de la exclusividad y las pulseras vip. En 2007 se convirtió en el primer piloto negro de la historia. También expuso entonces la realidad imperante en la F1. Plantó cara a todo un campeón del mundo, referencia planetaria y estrella emergente, Fernando Alonso. Hamilton expuso en aquella confrontación a colmillo que no llegaba para obedecer, sino para mandar.

Doce años después, tiene seis títulos y un promedio sideral de victorias (una cada tres carreras), impensable para cualquier piloto de cualquier época, salvo para Michael Schumacher, quien ganó cinco con Ferrari y dos con Benetton. Hamilton lleva cinco con Mercedes y uno con McLaren, aquella curva ganadora ante Glock que fulminó la sonrisa del clan Massa en 2008.

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Como única estrella global, Hamilton ha transfigurado en dinero ese poderío en las pistas. Según un informe de Forbes, es el piloto que más ganancias ha obtenido nunca en la Fórmula 1. La cifra sobrepasa ya los 500 millones, unos cuantos por encima de Schumacher (425), Alonso (415), Vettel (325) o Raikkonen (300).

El salario del británico se eleva a 40 millones anuales con Mercedes y, según dijo el otro día Jenson Button «es la persona mejor pagada de todo el grupo Daimler». Su contrato concluye en diciembre de 2020 y ya ha deslizado que tal vez se canse de la F1 con la nueva reglamentación.

Líder en la pista y una celebridad fuera de ella, su vida es similar a la de las estrellas del rock. Vive en Mónaco, se desplaza en un avión privado de 18 millones, es amigo del actor Will Smith, se abraza a Neymar, y se codea con Justin Bieber, las hermanas Kardashian o la tenista Serena Williams. Su nómina de patrocinadores y empresas asociadas a su imagen es el portfolio de las principales multinacionales del mundo: Sony, Police, Monster, Puma, Tommy Hilfiger, Bosé, L’Oreal, Mercedes-Benz... Al nivel de Tiger Woods, Leo Messi o Lebron James.

Probablemente sin motivaciones extra para marcarse más objetivos, más allá del récord de títulos de Schumacher, Hamilton ya ha expresado que no quiere perpetuarse en la F1 como una estatua de sal. Liberty ha ampliado a 22 carreras el calendario 2020. Y amenaza con alargar el certamen hasta las 25. «Es muy probable que no esté aquí cuando lleguemos a 25», dice Hamilton, cuya esencia genuina se destapó en sus últimos pensamientos más allá de las pistas. «Siento ganas de dejarlo todo. Por qué implicarse cuando el mundo es un desastre», soltó. «Me entristece ver hacia dónde se dirige el mundo. La extinción de la raza humana es cada vez más probable con la explotación de los recursos del planeta», amplió. Hamilton abraza el veganismo, habla del cambio climático, los mares contaminados y la deforestación. Tal vez empiece por bajarse de los coches de F1 y su mundo de emisiones.

Fuente: Diario ABC España