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Cinco elementos para entender la crisis del Barça

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Quique Setién vivía su primera derrota como entrenador azulgrana en su visita al Estadio de Mestalla, cayendo por 2-0 en otro partido en el que el FC Barcelona aburrió. Y es que tras la salida de Valverde y la llegada del cántabro parecía que la dinámica que traía el equipo culé iba a cambiar, pero pese a haber cambiado el estilo, el Barça sigue sin convencer y por momentos, parece haber empeorado lo que ya había.

Si bien es cierto, Setién lleva unas dos semanas en el club, tiempo bastante escaso para implantar todo un estilo de juego efectivo y cambiar la mentalidad de los jugadores. No obstante, sigue habiendo varios aspectos que preocupan a la afición que no deberían tener una solución a tan largo plazo.

Ausencia de un '9'

 

Con la lesión de Luis Suárez, el gol parece haberse quedado huérfano. El charrúa supera la decena de anotaciones esta temporada y tras su operación se perderá lo que resta de campaña. Como era de esperar, la falta de un referente en ataque es latente y pese a los intentos de Setién de reinventar al equipo, la afición clama por la llegada de un delantero en esta recta final del mercado.

Sin embargo, ni la secretaría técnica ni el banquillo tienen del todo claro el fichaje de un jugador. Después de dejar escapar a Haaland, que fichó por unos escasos 30 millones por el Borussia, el Barça apunta a Rodrigo como su elegido. De todos modos, la opción del hispano-brasileño es muy cuestionada por precio, calidad y edad.

El equipo azulgrana sabe que necesita un heredero de Luis Suárez y ven al jugador ché como un buen suplente, pero dudan de su calidad para ser titular. ¿El problema? La urgencia con la que necesita el Barça un delantero no permite esperar a verano para cerrar una gran operación con una estrella como puede ser Lautaro. Por eso mismo, también han sonado otros delanteros más asequibles como Giroud o Llorente.

Revulsivos sin calidad suficiente

Pese a toda la emoción y expectación que supuso la aparición de Ansu Fati y Carles Pérez, la realidad es que no tienen el nivel suficiente para el primer equipo del FC Barcelona, al menos por el momento. En el caso de Pérez, a sus 21 años lo mejor es que se desarrolle en un equipo de un menor nivel y menor responsabilidad para eventualmente volver, precisamentelo que le ha comunicado el club, que ya ultima su traspaso a la Roma.

El caso de Ansu Fati es más peligroso, tanto para el equipo como para el jugador. Con respecto al Barça, un chaval de 17 años no puede ser la primera opción en ataque para resolver un encuentro. Mismamente con Dembélé y Suárez sanos, la única alternativa tras el francés es Ansu Fati. Por su parte, el guineano corre el peligro en unirse al grupo de los "juguetes rotos" que ha dejado el Barça, junto con Bojan, Dos Santos, Tello y demás.

El sistema no termina de cuajar

Setién ha ido probando en sus partidos diversas formaciones para los partidos. En el duelo contra el Ibiza salió con un 3-4-3 con un solo central llegando a tener hasta a cuatro laterales en el campo, y esa misma formación la usó en fase ofensiva contra el Valencia, algo relativamente común en los últimos años en el Barça.

 

Sin embargo, Setién planteó una retaguardia con Piqué, Umtiti y Sergi Roberto y que el juego crezca a partir del centro del campo, a diferencia de años anteriores, donde Busquets se incrustaba entre los centrales y, ya en campo rival, empezaban a construir la jugada. Con el lateral derecho atrás, la banda derecha es ocupada por un interior, y con el extremo, Messi, jugando por todo el campo, el carril queda huérfano de profundidad.

No hay verticalidad

Probablemente sea un problema relacionado con la cuestión anterior, pero el Barça de Setién parece solo dar pases en horizontal. Si en ocasiones muchos criticaban el abuso del juego directo por parte de Valverde, Quique, empeñado en la posesión, no ha conseguido dotar al equipo -todavía- de esa mezcla de ambos estilos que les haría más fuertes. Los jugadores parecen haberse acostumbrado al juego excesivamente directo y les cuesta adaptarlo a la posesión para ganar los partidos.

Falta de un líder

Un asunto que lleva siendo recurrente varios años en el equipo es la falta de un referente que sepa corregir y motivar al equipo en los momentos clave. Desgraciadamente, es un problema que se reproduce tanto en el banquillo como en el terreno de juego. Pese a que Setién aún tiene que hacerse valer, no representa para un jugador lo que otros entrenadores podrían, y es que no es lo mismo recibir órdenes de un Zidane o un Xavi, por lo que han representado al fútbol que de Quique Setién, con todos los respetos.

La misma falta de carácter es la que echa en falta el equipo en el terreno de juego. Tras la salida de Puyol y Xavi no ha salido otro líder que sepa dar un grito en el campo y hacer reaccionar a los suyos, algo que se echó en falta en Roma, Liverpool, la final de Copa...

Sin embargo, es de justicia recordar que este es un camino que acaba de empezar y que Setién tiene en su mano triunfar con el Barça gracias a un estilo que ha mostrado conducir al equipo -y a sus equipos- a sus mejores años. Saber adaptarlo al fútbol contemporáneo, la clave para un inevitable éxito en el Camp Nou.