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VIDEO: La nostálgica despedida al capitán eterno y siempre fiel

Totti leyó una emotiva carta en su adiós 

Un gigante dijo adiós. Hoy, a los 40 años Francesco Totti dejó el fútbol y a su amada Roma, el único equipo que defendió en sus 25 años de carrera. 

Su vida va a cambiar, pero en su club tampoco nada será igual: Francesco Totti, vive el domingo en el Olímpico su último partido con la Roma, su equipo de toda la vida, que pierde a un emblema eterno.

El mediocampista italiano cuelga los botines y deja una huella imborrable en el deporte mundial. Jugó 786 partidos, convirtió 307 goles y levantó una copa del mundo con la azzurra en Alemania 2006. 

Totti fue el valuarte de la Roma. Su capitán y máxima figura en décadas. En esta jornada ingresó en el segundo tiempo en el triunfo ante el Genoa, y el Olímpico se vino abajo en aplausos; una muestra de cariño que caló profundo en sus propios compañeros: Como Danielle de Rossi, emblema del equipo, quien veía entre lágrimas los últimos momentos de Totti dentro de un campo de juego . 

Antes del partido frente al Génova, el cual terminó ganando en los minutos finales 3-2, la Curva Sur, donde se sitúan los ultras de la Roma, desplegó un mosaico con un mensaje claro: "Totti es la Roma".

El número 10 perturbó un poco el protocolo y acudió a saludar a esos aficionados, que le apoyan desde siempre y que el domingo entonaron con más fuerza que nunca esos cánticos que proclaman a Totti como "el único capitán".

Las primeras pancartas ya se podían ver el jueves delante del Coliseo ("Te vas del campo únicamente para entrar en la leyenda") o el sábado en Trigoria, cerca del centro de entrenamiento giallorosso: "Para nosotros serás siempre un sol que nunca se oculta".

Hasta los vecinos y rivales del Lazio homenajearon al número 10 de la Roma con un mensaje en el Olímpico el pasado fin de semana, con motivo de un partido ante el Inter: "Los enemigos de una vida saludan a Francesco Totti".

Y es precisamente eso, una vida, la que ha pasado Totti en la Roma. Así lo explica Simone Pellegrini, joven papá de un niño llamado Luca, y que estaba este domingo en una tienda oficial de la Roma.

"Fui a ver mis primeros partidos al estadio con mi padre y ya estaba Totti. Ahora voy con mi hijo y sigue Totti", afirmó.

"Como un duelo" 

Alessandro Florenzi ha vestido en más de 200 ocasiones la camiseta de la Roma. Cuando era niño tenía imágenes de Totti colgadas en las paredes de su habitación y fue recogepelotas en el Olímpico, cuando 'Il Capitano' era considerado uno de los mejores del mundo.

"La Roma sin Totti no existe y cuando termine será como un duelo", afirmó a principios de año. El momento ha llegado y para muchos en Roma este domingo era un día muy triste.

"Seguirá siempre como una leyenda, pero el domingo termina una historia, una historia de amor con un equipo, una ciudad, unos colores y un pueblo. Es emocionante", afirmó a la AFP Giulio Lucarelli, patrón del restaurante Core di Roma, dedicado a la Roma e instalado en Via Vetulonia, en la que creció Totti y donde dio sus primeras patadas al balón.

Totti creció en el centro de Roma y ha permanecido siempre en el mismo club, lo que le ha convertido en una persona muy querida.

"Varias generaciones tienen lazos de afecto y de proximidad con Francesco", señala Giulio Lucarelli.

"Mi vida" 

Si la despedida del domingo resulta triste, también lo es la última temporada romana de Totti. El club ha dado incluso por momentos la impresión de querer forzar su final, mientras él insistía en que quería continuar.

"Me enfadé. No querían permitirle jugar, pero estoy seguro de que habría podido hacer 20 goles en la liga tranquilamente", afirmó al principio de la semana el francés Vincent Candela, excompañero de Totti en la Roma, en declaraciones a la AFP.

"Ha renunciado a muchas cosas por la Roma. No necesitaba una ovación del estadio, habría merecido entrar con el equipo al campo desde el primer minuto", estimaba Giulio Lucarelli.

"Este club y esta ciudad han sido mi vida. Siempre", escribió Totti al principio de la temporada en un largo texto, en el que declaraba una vez más su amor por los colores amarillo y rojo.

A partir de este domingo, la vida continuará en la Roma, pero nada volverá a ser igual.

La Carta con la que se despidió Totti 

“Aquí estamos, llego el momento. Esperaba que no lo hiciera nunca. Pero aquí está. En estos días he leído muchas cosas sobre mí, bonitas, muy bonitas. Siempre lloré, todos los días. Solo, cómo un loco. 25 años no se olvidan, con vosotros a mis espaldas que me apoyasteis en cada momento, sobre todo en los difíciles. Os quiero dar las gracias. Sabéis que no soy de muchas palabras, pero las pienso. En estos días hablé con mi mujer, le conté los años que viví con esta camiseta única. Escribimos una carta. Si no seré capaz de terminarla, lo hará mi hija Chanel que lo está deseando. Bueno, la leo que se está haciendo tarde, es hora de cenar. Pero es me quedaría aquí 25 años más.

Gracias Roma, a mis padres, a mis hermanos, a mi familia, mis amigos. A mi mujer, a mis hijos. Empecé desde el final, desde los saludos, porque no sé si lograré leerlo todo. Es imposible contar 28 años con palabras, me gustaría hacerlo con una canción o una poesía. Pero no soy capaz. Intenté hacerlo con mis pies, con ellos todo me sale más sencillo. Mi juguete favorito es el balón, y lo sigue siendo. Pero llega un día en que te haces mayor. Y me dijeron que el tiempo ya había decidido. Maldito tiempo. El mismo tiempo que el 17 de junio del 2001 queríamos que pasara rápido. Queríamos que el árbitro pitara tres veces para ganar el scudetto. Sigo teniendo piel de gallina pensándolo.

El tiempo me vino a decir que era hora de sacarme la camiseta y las botas, porque ya soy un hombre, ya no podía oler el césped desde tan cerca. Me pedí porque me despertaron de mi sueño. ¿Sabéis cuándo vuestra madre os despierta en el medio de un sueño muy bonito, porque tenéis que ir al colegio? Me pasó lo mismo, pero no era un sueño, era la realidad.

Quiero dedicarle esta carta a todos los que estuvieron a mi lado, a los chicos que se hicieron hombres viéndome jugar y a los niños que gritan 'Tottigol'. Me gustaría que mi carrera sea para vosotros como un cuento de hadas para contar. Ahora se acabó de verdad. Me saco la camiseta, la doblo con cariño, aunque en el fondo todavía no estoy listo para decir 'basta'. Nunca lo estaré.

Pido perdón si en estos meses no concedí entrevistas ni aclaré mi futuro. Pero apagar la luz no es fácil.

Ahora tengo miedo, pero un miedo distinto a lo que se siente tirando un penalti. No sé lo que será de mí. Concededme tenerlo. Esta vez necesito yo vuestro cariño. Con él, seguro que lograré pasar página para vivir una nueva aventura.

Ahora quiero darle las gracias a todos los que trabajaron conmigo. Los técnicos, los jugadores, los hinchas, la Curva Sud. Nacer romanos y romanisti es un privilegio. Ser el capitán de este equipo fue un honor. Estáis y estaréis siempre en mi vida. Ya no os emocionaré con mis pies, pero mi corazón siempre estará con vosotros. Ahora bajaré la escalera, iré al vestuario que me acogió cuando era un niño, y que abandono ahora, siendo un hombre. Estoy orgulloso y feliz de haberos dado 28 años de amor. Os amo. Francesco”.