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Los grandes millonarios que se adueñan de los principales clubes europeos

Resultado de imagen de Nasser Al-Khelaifi y abramovich

Rápidamente en la última década, grandes millonarios se adueñaron de los principales clubes europeos e incluso algunos que no eran grandes, los convirtieron en equipos de peso gracias a sus recursos y transformaron la geografía futbolística conocida antes de su aparición.

La web Goalnomics muestra quienes son por país algunos de los dueños más importantes del balón.

Real Madrid. Florentino Pérez llegó a la presidencia del equipo blanco en el año 2000 tras ganar las elecciones a Lorenzo Sanz, anterior mandatario. Su trayectoria en el Madrid consta de dos etapas, la primera conocida por la de los Galácticos, con Zidane, Figo, Ronaldo Nazario o David Beckham en su lista de fichajes. La segunda, tras dimitir en 2006, comenzó tres años después, en 2009, destacando el fichaje de Cristiano Ronaldo, la llegada de José Mourinho al banquillo y la conquista de la tan ansiada Décima Copa de Europa (posteriormente, también la Undécima). Además del Real Madrid, Florentino también es presidente y máximo accionista de ACS, el mayor grupo de construcción de infraestructuras del mundo. Figura en el número 949 de la lista Forbes, con una fortuna valorada en más de 1.700 millones de euros y convirtió al Madrid en el club más rico del mundo por delante del Manchester United. 

Valencia CF. Peter Lim aterrizó en el Valencia en octubre de 2014 como salvador del club ya que éste estaba atravesando graves problemas económicos. Propietario de la empresa inversora Meriton Holdings Limited, la revista Forbes cifra la fortuna de Lim en más de 1.800 millones de dólares. Aunque en este caso, por lo menos de momento, el dinero no parece que llame al éxito porque el equipo ché no atraviesa precisamente su mejor momento. La riqueza de Peter Lim de estos momentos no tiene que ver con sus orígenes. Hijo de pescador, el de Singapur empezó gestionando inversiones ajenas hasta que decidió invertir 10 millones de dólares en Wilmar, líder mundial en la producción de aceite de palma, que acabaron reportándole un beneficio de 1.500 millones. A partir de ahí sus inversiones han ido desde empresas textiles y clínicas médicas hasta la explotación de los bares del Manchester United en Asia o un porcentaje de las acciones del equipo McLaren de Fórmula 1. Su último bombazo fue comprar los derechos de imagen de Cristiano Ronaldo, del que es íntimo amigo.

Chelsea. Con más de 8.000 millones de fortuna, Roman Abramovich figura en el número 137 de la lista Forbes. Llegó al Chelsea en 2003 y muy pronto llenó de estrellas el equipo, aunque el fichaje más recordado en la historia del club fue para su banquillo: José Mourinho. El empresario ruso es actualmente dueño del gigante acerero Evraz, aunque su ascenso al olimpo de los millonarios comenzó cuando adquirió la petrolera Sibneft (vendida a Gazprom en 2005) junto a otro oligarca ruso, Boris Berezovsky. Este, además, le facilitó la amistad del entonces presidente Boris Yeltsin. Mediante el patrocinio de Sibneft también llegó a tener poder en un club de la capital de su país, el CSKA de Moscú. Hasta 2008, Abramovich fue gobernador de la región de Chukotka, al este del país.

Manchester City. Mansour Bin Zayed es el quinto hijo del jeque Zayed al Nahyan, primer presidente de los Emiratos Árabes. Adquirió el Manchester City en 2009 y nunca ha tenido reparos en el presupuesto de sus fichajes. Este verano cambió a Pellegrini por Pep Guardiola sin que el chileno hubiera terminado su contrato. Mansour es miembro del gobierno de Abu Dhabi, donde controla varias empresas, respaldado por una fortuna familiar que supera los 350 000 millones de euros. Es un apasionado del deporte y prueba de ello es que amplió sus horizontes siendo dueño del 80% de una nueva franquicia en la MLS de Estados Unidos: el New York City FC, que también cuenta con participación de los Yankees de béisbol. También posee el Melbourne City FC, franquicia de nuevo cuño en el campeonato australiano y el Al-Jazira de Abu Dhabi. 

Bayern Munich. En 2014 Karl Hopfner sustituyó a Uli Hoeness, encarcelado por fraude económico después de haber dirigido el club durante 35 años. El capital del Bayern pertenece en un 75% a sus socios, gestionado a través de una sociedad anónima: FC Bayern München AG. El resto se lo reparten tres empresas a partes iguales: Audi, Adidas y Allianz, la última en hacerse con un trozo del pastel tras una ampliación de capital. Más allá de estas excepciones, el capital del club no es público. En Alemania las empresas pueden acceder a parte del capital de los clubes, pero nunca superando el 50% de la propiedad, que se reserva a los socios. Hay dos excepciones: Wolfsburg (propiedad de Volkswagen) y Bayer Leverkusen (de Bayer), debido a que los equipos ya nacieron en el seno de las factorías.

Bayer Leverkusen. El Bayer 04 Leverkusen se fundó en 1904 después de que 170 empleados de la empresa química Bayer firmasen una petición solicitando la formación de un club deportivo en el seno de la corporación. Desde entonces hasta la actualidad, el gigante farmacéutico ha sido propietario del club alemán. La revista Forbes sitúa a la multinacional en el puesto número 52 del mundo en cuanto a valor de mercado. El equipo, presidido por Michael Schade, ha sido un habitual de las competiciones europeas en los últimos años. 

PSG. Nasser Al-Khelaifi se convirtió en presidente del PSG al adquirir su empresa, Qatar Investment Authority, el 70% de las acciones del equipo parisimo. Diseñó un plan de cinco años para poner al PSG en lo más alto del fútbol europeo y mundial y para conseguirlo fichó a grandes nombres como Ibrahimovic, Cavani, Thiago Silva o Di María. Pero no sólo desembolsó gran cantidad de dinero en jugadores, también en entrenadores como Ancelotti, Laurent Blanc y el último, el español Unai Emery. No pertenece a la familia real qatarí, pero es la persona más importante del deporte de Qatar, ya que, aparte de ser el presidente del PSG, lo es también de la Federación de Tenis (QTF), y de la cadena televisiva de Al Jazeera, BeIN Sport. Nasser Al-Khelaifi fue tenista profesional, llegando a ser el 995 de la ATP, todo un logro en su país. 

Mónaco. En el 2011, Dimitri Rybolovlev negoció con el príncipe Alberto de Mónaco para llegar a un buen acuerdo para el club y el Principado. Se hizo con el equipo que por esos tiempos estaba en la segunda división francesa. La llegada de Claudio Ranieri lo devolvió a la primera categoría y el objetivo es ponerlo en la élite mundial. En el verano de 2013 desembolsó muchos millones para fichar a estrellas de talla mundial como Moutinho, James Rodríguez o Radamel Falcao, por el que pagó 60 millones de euros. El magnate ruso empezó a amasar su fortuna en la industria médica y muy pronto adquirió a bajo precio una sociedad que produce fertilizantes a base de potasio. Su fortuna se encuentra entre las principales de su país, siendo prioridad para Rybolovlev la extensión de sus negocios a Europa y el mundo. Según la revista Forbes, en el año 2015 estaba en el puesto 156 de las personas más ricas del mundo con una fortuna estimada de 8.500 millones de dólares.

Juventus. La familia Agnelli, sucesores de Giovanni Agnelli, fundador de FIAT, gestiona el club a través del grupo EXOR. Son propietarios de poco menos del 70% del accionariado y actualmente es Andrea Agnelli quien figura como presidente del club, aunque es John Elkann, otro de los descendientes, el que maneja la compañía. Agnelli, Fiat y Juventus es una asociación que se extiende ya casi a lo largo de un siglo. En 1923 el tatarabuelo Giovanni se hizo con el club y lo convirtió en el coloso más grande de la historia italiana. Al-Saadi el Gadafi, hijo del dictador libio, llegó a tener un estimable paquete accionarial del club. 

Milan. Después de 30 años, Silvio Berlusconi vendió el equipo italiano a un grupo inversor chino llamado Sino-Europe Sports Investment Management Changxing. El empresario Yonghong Li fue quien lideró las negociaciones con Berlusconi para cerrar la venta en una cifra superior a los 700 millones de euros. Aunque en un primer momento se presumía la entrada en el accionariado de los gigantes chinos Alibaba y Fosun, al final la única presencia que se confirmó fue la del gobierno de Pekín mediante Haixia.

Fuente: Diario El Confidencial