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Los alimentos que recomienda la Escuela de Salud Pública de Harvard para mantenernos saludables

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En la actualidad nadie duda sobre la acción decisiva que ejerce la alimentación sobre el desarrollo físico y el crecimiento, así como, sobre el rendimiento intelectual.

Para conseguirlo no hablamos de una alimentación solo, sino de una alimentación equilibrada. Es decir, una dieta que permite a las personas mantener el buen estado de salud. Les capacita para la realización del ejercicio que le exige cada tarea, gracias al aporte calórico, vitaminas y nutrientes que incluyen los alimentos que ingieren.

¿Cómo lo podemos conseguir?

Esta respuesta parece difícil de responder. Si nos basamos en el programa de educación en la alimentación y nutrición Edalnu del Ministerio de Sanidad, nos aparece la rueda de los alimentos que establece. También en su página web nos habla de la pirámide de alimentos. Tan conocida por todos y normalizada en nuestro día a día.

Vivimos en una sociedad cambiante, donde los avances tecnológicos han demostrado en diversas investigaciones el derrumbe de la pirámide alimenticia y la rueda de los alimentos.

Nutricionistas españoles como Aitor Sánchez conocido por el libro ‘Mi dieta cojea’, Carlos Ríos por ‘Come comida real’ y el movimiento Realfood o Gabriela Uriarte conocida por su clínica Gunutrición. También el cocinero Juan Llorca, conocido por su movimiento en la nutrición infantil, centrándose en comedores escolares, Marcos Vázquez popular por su blog ‘Fitness Revolucionario’ centran sus miradas e investigaciones en el Plato de Harvard.

El Plato de Harvard fue creado como guía para fomentar el hábito de una alimentación saludable, a partir de las investigaciones hechas por la Escuela de Salud Pública de Harvard y los editores en Publicaciones de Salud de Harvard, con el objetivo de disminuir la obesidad, haciendo hincapié en el sector infantil.

Como podéis observar, a simple vista se puede entender de manera visual de qué está compuesto y a qué le da importancia. De esta forma, lo hace accesible a toda la población.

Otras diferencias con la rueda de alimentos y la pirámide son:

– Las verduras, frutas y frutos secos forman la mitad del plato. En vez de los hidratos de carbono que aparecen como base de la pirámide.

– No aparece el alcohol como en la pirámide que aparecía en cúspide. El agua es la bebida de referencia. Aclarar que no es una prohibición al alcohol, está dejando claro que no debe aparecer en la alimentación sana.

– Limita a una o dos raciones diarias los lácteos. En cambio, la pirámide recomienda dos o tres raciones.

– En las proteínas evita las carnes rojas y resalta legumbres, huevos, pescados, aves…

– Los ultraprocesados son los grandes ausentes. En la pirámide, aunque estaban en una porción pequeña, los encontrábamos en la punta.

– En las grasas, destaca el aceite de oliva.

Debemos tener presente que, para que este esquema nos ayude a adquirir una alimentación equilibrada, es muy importante variar los alimentos. Así como acompañarlo de movimiento, mantenerse activo es necesario para conseguir una buena calidad de vida.

¿Cómo podemos conseguirlo? Desde pequeños, la infancia se erige como el momento idóneo para introducir dichos hábitos ya que es cuando el niño está en su proceso de socialización y adquisición de hábitos y actitudes relativas a la alimentación.

De esta forma, los adultos nos sentimos en la obligación de convertirnos en buenas referencias, dando ejemplo. En definitiva, dar a la comida el valor educativo que debe tener.