Todos los amantes del fútbol recuerdan la elegancia con la que jugaba Fernando Redondo y, más aún, su famosa jugada en Champions League cuando jugaba con el Real Madrid e hizo un gran desborde con taquito incluido por la banda derecha, haciendo una asistencia de lujo que se convirtió en un golazo.
Sin embargo, no todo fue alegría para el exfutbolista argentino, pues luego de pasar del Real Madrid al Milan, sufrió una lesión que fue un calvario para él. "Yo había hecho la pretemporada con el Madrid y, al finalizarla, se produjo la venta. Llegué al Milan y el sistema de entrenamiento era diferente, con mucha carga física y mucho trabajo de fuerza", comenzó recordando Redondo a un medio de su país.
Orgullo
Ese cambio le afectó. "No dije nada, un poco por orgullo, pero estaba muerto muscularmente. Debí haber hecho una adaptación progresiva, pero eso lo analicé después. En ese contexto hicimos fútbol, y en una jugada giré y sentí. 'Crack', me rompí los cruzados de la rodilla derecha y no pude jugar ni un partido durante dos años", comentó Redondo.
Pero la lesión fue la primera piedra de un penoso camino que parecía no terminar. "La primera operación no salió bien. A mí me operó un médico italiano que había intervenido a otros jugadores del Milan, pero no era especialista en rodilla, y la verdad que el ligamento no quedó colocado en la mejor posición, estaba rozando el cóndilo femoral", explicó.
Dolor en su rodilla
"No se lo achaco al médico, me tocó entrar en ese 3 o 4 por ciento de error. El tema es que en la recuperación, la rodilla se me hinchaba y me dolía, y los médicos me decían que tenía que superar la barrera del dolor. Entonces le daba más duro, musculaba, y al final era un círculo inflamatorio, y cada vez estaba peor", agregó el exjugador.
Redondo entonces decidió que le tratase el que era el médico de confianza del Madrid. "Le pedí que no me pagaran más el sueldo hasta que pudiera jugar. Y le dije que quería ir a Madrid para ver a Del Corral. Necesitaba salir de Milanello, también porque ahí todo el mundo me preguntaba cuándo volvía, y yo ya no sabía qué decir", continuó Fernando.
"Decidimos consultar a los mejores especialistas en rodilla del mundo. Fuimos a Francia a ver al que había operado a Ronaldo, a un par más y nos quedamos con Martens, un belga que nos dio mucha seguridad", dijo.
"Viví un par de meses en Amberes, trabajé con técnicas novedosas para mí tres veces por día durante toda la semana. Me aplicaron una técnica llamada 'Bier Block', que estaba prohibida en Italia y actuaba sobre el sistema nervioso central para romper la memoria del dolor", reveló Redondo.
El tratamiento era muy duro
"Me metían en el quirófano, me ponían la pierna hacia arriba, me la vaciaban de sangre con un torniquete y me pasaban fármacos. El riesgo era que si algo de eso se iba al corazón, podía tener un problema. Te dejaban hacerlo 6 veces como máximo y yo hice 5 y de ese modo pude superar el umbral del dolor y trabajar en la rehabilitación", recordó el argentino.
Al final, superó la lesión. "Hice de todo. Me llevaron a Knokke, una ciudad de veraneo del norte de Bélgica, ¡pero en invierno! Me metía en el Mar del Norte y corría con el agua hasta la cintura y hacía diferentes trabajos en la arena, con elásticos y almohadones", comentó.
"Al ver que podía superar el dolor y la inflamación, di lo máximo de mí, pude recuperarme y jugar dos años más", finalizó Fernando Redondo el duro relato de su lesión.