La crisis que afronta el futbol guatemalteco y que vivirá una semana decisiva en el Congreso también preocupa al jerarca de la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA).
El italiano Gianni Infantino habló en exclusiva con el diario guatemalteco la Prensa Libre de lo que sucede en Guatemala: su única federación, de 211, está suspendida y no se ha implementado la nueva reforma estatutaria avalada desde el 25 de julio del 2017.
¿Cómo ve la situación de Guatemala?
No parece posible que de los 211 miembros de la FIFA, 210 cumplan con los estatutos y uno no lo haga, más en un país futbolero. Es increíble, es casi una vergüenza, porque no es normal. Estamos muy preocupados porque, si no hay solución rápida, Guatemala va a la expulsión y sería un acto muy grave. Si sucede, sería la muerte de su futbol, y aunque no queremos que pase, no podemos ignorar lo que se está viviendo.
¿Cuál debería ser el camino para Guatemala? ¿Buscar reformar la Ley del Deporte o independizarse?
Para nosotros como FIFA es importante que la Federación se maneje de una manera independiente. Sé todo lo que hace el Congreso y su presidente —Álvaro Arzú Escobar— para encontrar el mejor camino. Para nosotros lo importante es que los nuevos estatutos aprobados por la FIFA y la Concacaf se avalen para garantizar el proceso de elección. Pasa en todo el mundo, ¿por qué no puede pasar en Guatemala? Todo está en las autoridades para encontrar una solución rápidamente y con esto nosotros podemos acoger a Guatemala de nuevo. Ya se perdió casi dos años y si es expulsada su futbol necesitará 20 años para volver.
Llega a la Fifa en un momento de escándalos. ¿Es la corrupción el mayor enemigo del futbol?
Es el mayor enemigo en el mundo, como lo han demostrado los hechos; es un cáncer que debemos erradicar. Con el Comité de Regularización buscábamos eso, con Adela —de Torrebiarte—, pero no la dejaron seguir. Es una lástima, porque es una persona íntegra y por eso sigue en la FIFA. En Guatemala hay gente correcta y se cuenta con los recursos para poder erradicar la corrupción y devolver a la gente su futbol. En la FIFA y en las federaciones no tenemos que tener tolerancia con la corrupción.
¿Estaría dispuesto a entablar una relación con el actual comité ejecutivo de la Fedefut, para buscar una solución?
No. Nosotros hemos sido claros, ya dimos los pasos que se deben seguir. Se tiene que cumplir con los estatutos de la FIFA y una elección independiente sin la injerencia de gobierno y de otros órganos. Así pasa en todo el mundo y lo debe hacer también Guatemala.
Los jugadores y los aficionados se han manifestado. ¿Qué opina de su frustración?
Nosotros sufrimos por la gente. Personalmente fui a Kuwait a ver el primer partido después de que se le levantó la suspensión, que se logró con el cambio de ley. Todos en las calles estaban contentos. Esto es lo que no se debe olvidar. Nosotros estamos por la gente y es ella la que quiere el futbol. Se deben manifestar. Tenemos que escuchar a los aficionados.
¿Vendría a Guatemala en algún momento?
Por supuesto, cuando se solucione todo. Guatemala es un país de futbol, pero se debe arreglar la situación rápidamente porque las consecuencias serán muy malas. En Panamá y en Costa Rica, gracias a la clasificación al Mundial de Rusia, han cambiado muchas cosas. ¿Por qué no lo puede hacer también Guatemala?
¿Qué les diría a los dirigentes?
Que se pongan la mano en el corazón y que tomen la responsabilidad que se debe. Que piensen en toda la gente que ama la camisola azul y blanco, que se recuerden de las emociones que el futbol le ha dado a la afición. El deporte no es de los dirigentes, sino de los aficionados. Hay problemas que se pueden resolver. No se debe ser prisionero de intereses personales.