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Inés Sainz, la reportera mexicana que debió ganarse un lugar en el periodismo deportivo

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Sin lugar a dudas, Inés Sainz, de 41 años, disfruta de un gran momento tanto en lo personal como en lo profesional; sin embargo, para llegar a esto recorrió un largo camino lleno de retos, mismos que supo enfrentar con gran valentía y por ello, además de su profesionalismo y entrega, se ha ganado un lugar muy importante en el mundo del periodismo deportivo y, sobre todo, en el corazón de sus seguidores.

Dio una amplia entrevista a la revista TV Notas, donde contó muchas de sus historias.

-Inés, ¿cómo fue tu infancia?

“Nací en Querétaro, en un rancho alejado de la ciudad, pero rodeada de una familia muy amorosa. Fuimos tres hermanos: el mayor y mi hermano gemelo y yo, con quienes jugaba y practicaba deportes al aire libre todo el tiempo... Siempre fuimos muy felices”.

-Eras fan de los deportes desde chiquita...

“Sí, practicábamos futbol, basquetbol, voleibol, atletismo y andábamos en bicicleta. Desde niña he sido muy activa e inquieta, y en la escuela era la integrante de todas las selecciones, y de manera individual practiqué taekwondo, fui cinta negra”.

-¿De dónde nació ese gusto tan fuerte?

“Por mis hermanos; me encantaba verlos y jugar con ellos; crecí con el deporte y me ha acompañado toda mi vida, es lo que me da fuerza y energía. Siempre me veías con mis tenis, short y colita de caballo, era un hermano más (ríe); siempre estuve rodeada de hombres, y por eso creo que me fue fácil entrar en el periodismo deportivo”.

 -¿Qué te decía tu mami?

“Se preocupaba de verme tan poco femenina; me decía: ‘A ver, Inés, no tienes que ser como tus hermanos. Necesito que cambies, ya no seas tan tosca y ruda’. Le hice caso y fue hasta los 15 que me volví más coqueta y comencé a arreglarme más”.

 -¿Crees que haber crecido con puros hombres te dio herramientas para ser la mujer fuerte y valiente que eres?

“Definitivamente; cuando comencé a estudiar me di cuenta de que no había comunicadoras en el ámbito deportivo, y siempre me preguntaba: ‘¿Por qué no hay mujeres hablando de deportes, si también nos encantan?’, y de ahí nació la espinita de ser una de las primeras. Inicié muy chiquita en el medio, empecé ya casada, así que el apoyo de mi esposo fue fundamental”.

-Llegar a donde estás no fue nada fácil...

“La clave para poder encontrar mi camino fue pensar como hombre y saber qué es lo que disfrutan del deporte, era como mi ventaja competitiva; además de eso, tuve que trabajar muy duro y buscar muy bien las oportunidades laborales”.

 -Me imagino que fue difícil mostrar que detrás de esa mujer guapa, había alguien con muchos conocimientos...

“Sí, fue lo que me costó más. Lo complicado no fue llegar a la TV, sino ganarme la credibilidad de la gente; puedes ser una mujer muy guapa, pero si no te apasiona el deporte, pues se va a notar y ahí se va todo lo que has ganado. Quizá mi físico me abrió puertas y me ayudó a que me voltearan a ver, pero cuando lo hicieron, se dieron cuenta de que había alguien preparada, que sabe, que estudia y que le gusta lo que hace; pasaron años para que la gente dejara de decir: ‘¿¡Qué hace esa güerita hablando de deportes!?’, y dijera: ‘Inés, qué inteligente, qué padre lo que dices, me gustan tus análisis y entrevistas’. Tuve que ser muy paciente”.

 -En tus inicios trabajaste con José Ramón Fernández, ¿cómo fue?

“Él parece ser duro o muy difícil para muchos, pero valora mucho a la gente que le gusta trabajar, y cuando le demuestras que estás ahí por tu conocimiento, te da la mano; en su momento me puso trabas, pero se lo agradezco porque me hizo más fuerte y me obligó a buscar la forma de conseguir mis sueños, no le tengo más que cariño y agradecimiento”.

-¿Qué tipo de trabas te ponía?

“Llegó a decirme que el material que hacía no iba a salir al aire, que no lo quería, pero yo buscaba la forma de que saliera, y por eso me consideró en su equipo de trabajo; él fue quien me dio la oportunidad de hacer mi primera cobertura en las Olimpiadas, y nunca le fallé”.

-Dices que antes de dedicarte a tu carrera, conociste a tu esposo Héctor...

“Sí, yo estaba en la preparatoria; él era exalumno y fue a jugar futbol a las canchas donde yo entrenaba voleibol. Recuerdo que cuando terminamos de entrenar, él se acercó con toda la intención de hablarme (ríe), y me

cayó bien. Nos pasamos los teléfonos y a los días me mandó unas flores a mi casa y me invitó a salir; me llegó por donde me tenía que llegar, me propuso que hiciéramos un maratón de deportes y así llamó mi atención”.

 -Y te enamoraste de él...

“Me di cuenta de que era un hombre fascinante, muy divertido, y nos casamos tres años después; lo amo porque siempre me deja ser, me apoya mucho y le encanta que siga mis sueños. Cuando hice mis primeros intentos en la televisión, él siempre estuvo a mi lado”.

-Hace poco reafirmaron su amor, volviéndose a casar...

“Sí, hicimos una fiesta de 20 años de casados y fue muy lindo; fue una boda diferente a la primera, la disfrutamos con familia y amigos, y sobre todo con nuestros hijos, es inolvidable”.

 -¿Cómo le haces para no descuidar tu trabajo como mamá y esposa?

“Siempre he dicho que tener hijos es un compromiso de vida, es para estar, disfrutarlos, verlos crecer, por eso siempre encuentro el balance, pero ellos son mi prioridad, y después todo lo demás; siempre estoy al pendiente, aunque esté trabajando fuera de México”.

-¿Qué viene para ti próximamente?

“No sé cuánto tiempo más vaya a estar en televisión, por lo pronto acabo de firmar con Azteca por ocho años más, así que me van a estar viendo todo ese tiempo”.

-Este 2020 será un gran año para ti...

“Pues sí, iniciamos muy movidos, acabamos de terminar con mucho éxito el Super Bowl y ya vienen los Juegos Olímpicos Tokio 2020, estoy más que preparada, y con todo”.

-¿Estás satisfecha con lo que has hecho?

“Por supuesto, estoy muy orgullosa de todo lo que he logrado, pues ésta es una carrera gratificante, que me ha hecho ser una persona plena y feliz, y me ha llevado a todas partes del mundo”, finalizó.