El Tour de Francia escribió este domingo otro capítulo inolvidable en las cumbres pirenaicas.
La etapa 14, con final en alto en Luchon-Superbagnères tras un desfile de puertos míticos como el Tourmalet y Peyresourde, fue un compendio de sufrimiento, estrategia, drama y polémica.
El holandés Thymen Arensman (Ineos Grenadiers) se robó los aplausos, no solo por su brillante victoria en solitario, sino por la contundencia con que la logró.
Pero la gloria vino acompañada de sombras: una colisión con un aficionado por parte del coche del equipo Ineos y cuestionamientos sobre presuntos vínculos de su staff con casos antiguos de dopaje marcaron la jornada.
El esloveno Tadej Pogacar sigue líder del Tour con una ventaja sólida de 4’13, a una semana de llegar a París.
La etapa de las leyendas
Desde la partida en Pau, todo presagiaba batalla. El ascenso al Tourmalet seleccionó temprano el pelotón. A mitad de etapa, el pelotón ya estaba fragmentado.
Remco Evenepoel, en evidente dificultad, se bajó de la bicicleta y abandonó, dejando un hueco en la lucha por el podio. Con él se esfumaba uno de los grandes protagonistas del Tour.
Arensman, el héroe inesperado
Fue en el Col de Peyresourde donde Arensman lanzó su ofensiva. Un ataque limpio, certero, sin mirar atrás. Ni Pogacar ni Vingegaard respondieron. El corredor neerlandés, con rostro impasible y pedaleo firme, cruzó la meta en Superbagnères con más de un minuto de ventaja, dando a Ineos su primera victoria en dos años y reafirmando su condición de gran escalador.
“Sabía que estaba bien, pero no pensé que podría soltar a todos. Esto es especial”, dijo Arensman al llegar a meta.
Detrás, Pogacar mantuvo su ritmo, sin sobresaltos, controlando al danés Jonas Vingegaard. El esloveno sigue líder del Tour con una ventaja sólida de 4’13”, a una semana de llegar a París.
Polémicas: golpe al público y sospechas
La jornada no estuvo exenta de controversias. En plena subida al Peyresourde, el coche de asistencia del equipo Ineos, conducido por Oliver Cookson, golpeó a un espectador en el borde de la carretera. El incidente dejó al aficionado en el suelo y desató críticas inmediatas sobre la seguridad del evento. La organización multó al equipo con 5.000 francos suizos y una tarjeta amarilla.
Horas después, un nuevo foco se encendió: medios internacionales reportaron que un miembro del staff técnico de Ineos estaría vinculado a un caso antiguo de dopaje (Operación Aderlass). Aunque no hay sanciones ni pruebas nuevas, el eco ensombrece la hazaña de Arensman y pone en aprietos a la escuadra británica.
Clasificación general
El podio empieza a tomar forma. Con la salida de Evenepoel, ascienden nuevas figuras:
1. Tadej Pogacar — Maillot amarillo firme.
2. Jonas Vingegaard — A más de 4 minutos.
3. Florian Lipowitz — Gran revelación del Tour.
4. Oscar Onley — Otro joven que se cuela en la élite.
Mientras tanto, el maillot de montaña cambia de dueño: el francés Lenny Martinez, combativo y regular, se adueña del distintivo rojo de lunares.
En resumen, la etapa 14 fue un espejo del ciclismo actual: talento descomunal, espectáculo en carretera, pero también heridas abiertas que la historia no termina de cerrar. Arensman sube al podio de los valientes, mientras Pogacar consolida su imperio. Sin embargo, las miradas también se desvían a lo que ocurre más allá del asfalto, donde la transparencia y la seguridad siguen siendo desafíos tan grandes como los propios Pirineos.
Lo que viene
Este domingo se corre la etapa 15, una jornada más amable para las piernas tras la batalla montañosa. Los embaladores tendrán su oportunidad entre Muret y Carcassonne. Pero el desgaste ya comienza a pasar factura, y el Tour aún guarda ascensos infernales en los Alpes… y en el legendario Mont Ventoux.