Buscar en Google:

Brasil no acaba de convencer, pese a sus tres victorias seguidas en la eliminatoria

Imagen

La selección brasileña de Tite comienza los Clasificatorios para la Copa Qatar 2022 con la mejor actuación de un equipo desde 1981, época de la generación mágica de Zico, Sócrates, Falcão y Júnior, entre otros.

Hay tres victorias consecutivas en los tres primeros partidos, 100% de acierto, 10 goles marcados y solo dos encajados. Mirándolo así, aunque no es posible establecer ningún parámetro de comparación entre el equipo actual y el que encantó al mundo en los 80, parece que todo va bien. ¡Pero ten cuidado! Este es un caso típico en el que los números son engañosos. 

Basta mirar la tabla para ver que las tres victorias de Brasil fueron contra las tres últimas puestos en la clasificación. Perú, Venezuela y Bolivia, en orden decreciente, no son una amenaza para nadie. Así que no hubo enfrentamiento con las principales fuerzas del fútbol continental. Ninguno de los tres partidos que ha jugado la selección brasileña, puede considerarse una prueba eficaz.

Pero existen otros motivos de preocupación.

El fútbol presentado el viernes ante las venezolanas estuvo lejos de ser digno de lo que se espera de un equipo que lidera las eliminatorias y busca recuperar su prestigio en el mundo del balón. Fue un fútbol cobarde, armado con dos centrocampistas defensivos para enfrentarse a un equipo que, sin duda, es mucho más débil, sin tradición y que ni molesta a los porteros rivales. Fue un fútbol burocrático, absolutamente nulo en creatividad, con muy pocas opciones de variación táctica y que se pasó todo el partido resumido en un montón de centros en el área para intentar superar la barrera.

Brasil tuvo el 74% de posesión del balón, pero sin embargo no fue productivo. Solo se destacó el Everton Ribeiro, como ha sucedido en varios partidos del Flamengo. Honró la camiseta 10 y tuvo una participación decisiva en la jugada que resultó en el gol de Roberto Firmino y garantizó una victoria canaria. Sin duda muy poco, todo el mundo está de acuerdo. Y peor cuando hubo una presión venezolana sorprendente y casi increíble al final del partido, cuando la Selección incluso se arriesgó a llevarse el empate, hasta el punto de que los reservas pidieron ardientemente el pitazo final del árbitro.

Este martes, para ganar a Uruguay en Montevideo, Brasil tendrá que ser otro. Al fin y al cabo Luis Suárez, Edinson Cavani y compañía tocan en una banda mucho más afinada que los venezolanos, bolivianos y peruanos. Enfrentarse a la Celeste Olímpica será el primer desafío real de la Selección brasileña en esta eliminatoria. Es allí, viendo lo que ocurrirá en el estadio Centenário, donde comenzaremos a comprender de hecho si el equilibrio de Tite pesa en el plato de la tranquilidad o la preocupación para el futuro.