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La tendinitis puede ser una señal de algo más grave: ¿cuándo acudir al médico?

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Seguro que alguna vez has sentido dolor o molestias en la muñeca, el hombro, el codo o el talón. Este tipo de lesión, que se caracteriza por la inflamación, irritación o hinchazón del tendón se conoce como tendinitis.

La causa más común de tendinitis es la lesión o el sobreesfuerzo durante el trabajo o el ocio. Pero en ocasiones, una infección en el interior de la vaina del tendón es la responsable de la inflamación y habitualmente el dolor es el resultado de un pequeño desgarro o una inflamación del tendón que fija el músculo al hueso.

El envejecimiento, las lesiones traumáticas y las enfermedades inflamatorias también tienen mucho que ver con la tendinitis. Por eso, tener diabetes y sentir dolor al moverse puede sugerir un problema con los tendones, las bandas en forma de cordón que conectan los músculos con los huesos y están distribuidos por todo el cuerpo, tal y como explican expertos en dolor musculoesquelético en la web Fibromialgia. 

Los tendones transfieren la fuerza de músculos a los huesos dotandolos de movimiento. No tener bajo control la diabetes puede favorecer el engrosamiento de los tendones y ser más propensos a romperse.

Cuando se tiene diabetes, aumenta la velocidad del exceso de azúcar en la sangre, y eso puede afectar a los tendones, provocando cambios en su estructura y afectando a su funcionamiento, y ser el factor desencadenante del dolor en los tendones. Debido a esos cambios, los tendones podrían volverse más gruesos de lo normal y es posible que no puedan soportar tanto peso como solían hacerlo. Como resultado, aumentan las probabilidades de sufrir un desgarro en uno de los tendones.

Es más, sin saberlo, puede que hayas sufrido las consecuencias de la diabetes en tus tendones en forma de trastornos y lesiones que no has podido asociado como hombro congelado, dedo gatillo o síndrome del túnel carpiano, una afección que causa entumecimiento y hormigueo en los dedos, además de dolor y debilidad muscular.

La mayoría de la gente asocia la tendinitis y el síndrome del túnel carpiano a los movimientos repetitivos como teclear en un ordenador, coser, pintar, escribir, tocar algunos instrumentos musicales, practicar algunos deportes como el tenis o utilizar determinada maquinaria, fundamentalmente que vibre.

Sin embargo, las lesiones, fracturas y algunos tipos de quiste también pueden provocar su aparición, además de algunas infecciones y otras condiciones que hacen que el líquido se acumule en el cuerpo como el embarazo, la menopausia, la obesidad, la artritis reumatoide y, tal y como te hemos contado, la diabetes.

Así lo confirma el equipo de neurología De la Torre, que destaca el hecho de que las personas con diabetes son más susceptibles de desarrollar el síndrome del túnel carpiano (STC) pues es una enfermedad que afecta la circulación del nervio mediano, y la diabetes por su patología provoca esto en todos los nervios. 

El túnel del carpiano se ubica en el área por donde pasan todos los tendones a través de los huesos de la muñeca, formando una especie de canal que al cerrarse simula un túnel. En él confluyen los nueve tendones que mueven la mano desde el codo, y se acompañan del nervio mediano, el encargado de dar sensibilidad a la mayor parte de la mano y los músculos, y de llevar la inervación a los músculos, que a su vez se encargan del movimiento del pulgar.

El atrapamiento del nervio mediano dentro del túnel del carpiano afecta a la circulación, provocando los síntomas de dolor y adormecimiento del área. "La diabetes hace que los pacientes retengan líquidos lo que produce que los tendones de los dedos sean un poco más gruesos quitándole el espacio necesario al nervio dentro del túnel del carpo, además del daño nervioso provocado por los niveles elevados de glicemia, empeorando la dolencia", explica en Lucirbien el doctor Juan Carlos Pretto, ortopeda y traumatólogo.

Cuándo acudir al médico

Hay que acudir al médico si existe fiebre y el área afectada por la tendinitis aparece enrojecida, inflamada o caliente, ya que estos son signos de infección. Normalmente, los síntomas mejoran con el reposo y el tratamiento farmacológico, pero, si el tendón llega a romperse, suele ser necesaria la cirugía.

La mejor manera de evitar problemas en los tendones es controlar la diabetes reduciendo el nivel de azúcar en sangre con ayuda de una dieta, ejercicio y medicamentos. Si mantiene un nivel de glucosa dentro de los límites deseados, puede ayudar a prevenir o retrasar el daño en los nervios y tendones. En caso de sobrepeso, es necesario perder algunos kilos. Esto mejorará la salud en general y al mismo tiempo aliviará la presión de los tendones.

Fuente: Yahoo Noticias