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Amador contribuye en gran repunte de Mikel Landa en el Tour

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El español Mikel Landa, con un gran apoyo del costarricense Andrey Amador en el Movistar Team, puso patas arriba el Tour de Francia con un ataque majestuoso a 40 kilómetros de la meta en el Prat d'Albis. El alavés llegó junto a Thibaut Pinot, descolgando a Julian Alaphilippe. Simon Yates ganó la etapa.

Amador ingresó en la casilla 58 a 24 min 18seg de Yates. En la general el tico marcha en la casilla 62 a 1hr 23min 42seg. 

Landa es el animador oficial de las grandes vueltas. Un ciclista con una actitud valiente y digna de admirar dentro de un pelotón prudente. 

Mikel puso patas arriba el Tour de Francia al reventar el pelotón con un ataque progresivo a 40 kilómetros de meta con final en el Prat d’Albis. Julian Alaphilippe acabó explotando ante las acometidas de los perseguidores de un Landa alcanzado en el último kilómetro por el hombre más fuerte de la carrera, un Thibaut Pinot que se convierte en el gran favorito al triunfo final con permiso de Bernal y Buchmann. La etapa, digna de mención, fue a parar a otro corredorazo, Simon Yates, que suma su segundo parcial a la espera de una última semana que se prevé impredecible y espectacular.

No lo necesitaban, ya sin prácticas opciones de victoria en la clasificación general, pero en pos del espectáculo, siete hombres de Movistar Team trabajaron codo con codo para que Mikel Landa dejara una nueva demostración de arrojo y calidad sobre la bicicleta, atacando desde lejos buscando una heroica victoria de etapa que no llegó por la fortaleza de Simon Yates, un campeón emboscado en fugas que alcanzó su segundo parcial en Albis.

Se insiste en el trabajo de los siete corredores de Movistar, apartando a un Nairo Quintana que faltó a su palabra y demostró ir a su bola en una fuga en la que trabajaron para él, volvió a no responder, y no colaboró ni con medio relevo a la intentona de Mikel Landa. Una actitud lamentable de un corredor en claro declive de rendimiento.

La carrera avanzó en una constante sube y baja, dejando a Enric Mas, con molestias estomacales, perdido en el tren de cola de la carrera. Quick-Step marcaba el ritmo sin su mejor escalador y una vez seleccionado el grupo en menos de 50 corredores, Landa dijo basta y se lanzó al ataque. Soler, Quintana y Amador estaban por delante en una numerosa fuga con visos de triunfo por la calidad de los indicados y Mikel vio la oportunidad de marcharse junto a Fuglsang, pero el danés no tenía las piernas de su compañero de aventura, y se vio obligado a dejarle marchar solo.

En la cima del Mur de Peguere, en el que Landa ya había hecho de las suyas en 2017, le esperaban Soler y Amador, que le llevaron en volandas hasta el pie del Prat d’Albis, con un suculento minuto de ventaja para administrar por parte del alavés. El miedo o la inconsciencia había llevado primero a Jumbo Visma y más tarde a Bora, Astana y FDJ a tirar. Alaphilippe e Ineos descansaban tranquilos.

Con una actuación calculadora, Mikel fue comiendo terreno poco a poco al líder del parcial, un Yates que se antojó inalcanzable en todo momento. El ciclista de Movistar llegó hasta los perseguidores, donde Quintana no pudo o no quiso trabajar para él, convirtiéndose a la nómina de enemigos de un Landa que sólo quería dejar su impronta en el Tour.

Lo consiguió a pesar de que la victoria fue para Yates y la segunda posición para un Pinot que reventó a los favoritos con un ataque que le distanció en 1:14 a un Alaphilippe que mostró debilidad por primera vez debido a la dureza de una etapa en la que Landa y Movistar volvieron a demostrar su supremacía en la ofensiva.