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El Chope que queremos

Creo firmemente en las cualidades de Paulo César Wanchope como entrenador de la Selección Nacional. Lo dije antes y lo repito: Debió ser nombrado apenas se definió que Jorge Luis Pinto no seguía con la Tricolor.

Me gusta su vocación ofensiva, aunque entiendo que se le debe dar tiempo para ver los resultados. Me parece inteligente que ensaye la “línea de cuatro” para no depender solo de la “línea de cinco” que utilizó Pinto.

Wanchope es un caballero, tiene una gran carrera como futbolista y que apenas empiece la de técnico es ideal para Costa Rica, pues en unos años, una vez pagado el derecho de piso, tendremos un director técnico de lujo.

En ese proceso de aprendizaje no se puede evitar cometer deslices, pasos en falso o errores, como usted quiera llamarlo.

Cuando el domingo se encaró con el periodista Everardo Herrera, en el programa Zona Técnica de Canal 7, lejos de molestarme la polémica, me pareció genial.

Primero por los argumentos de Una Garganta llena de fútbol, bien razonados y explicados, pero también por la lucidez del adiestrador al defender su punto de vista.

Precisamente ese es el Chope que queremos, no aquel que abusó de la prudencia durante y luego del robo contra México.

No deseo un energúmeno en el banquillo de la Sele, al peor estilo de Miguel Piojo Herrera, pero tampoco un líder de los seleccionados que prefiere evitar decir las cosas por su nombre.

En este sentido, tiene razón Everardo: Fue más digna la posición de Hernán Darío Gómez, quien ni siquiera es panameño. Bolillo no ofendió a nadie, pero sus palabras están signadas por verdad.

No gritó, pero habló con vehemencia. Lo que dijo, quedará en los anales de la historia del fútbol mundial como una lápida para los tramposos.

Y claro, no se trata de comparar a Gómez como Wanchope, o que el tico sea igual que el colombiano, pero sí que sepa mantener una actitud acorde con las circunstancias.

Esperaba más de Chope en ese partido contra México. No la rabieta estéril, pero sí dejar en evidencia la desfachatez de árbitros, Concacaf y FIFA, recua de malamansados. Sin ofender, solo sentar un precedente era lo que correspondía.

Mantener una posición, defenderla con inteligencia, sin exabruptos ni ofensas, es lo que procedía en aquel descaro perpetrado en el estadio MetLife de New Jersey.

Así como lo hizo el domingo ante Everardo. De frente, con vehemencia y pasión. Ese es el Chope que queremos. Ojalá haya capitalizado la esta experiencia y que, cuando las circunstancias lo ameriten, los ticos aplaudamos a un guía se aprendió la lección.