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Bola parada, la solución para la falta de espacios en el mundial de Rusia

Ya es oficial: no es fácil de llevar el número 9 en la Copa Mundial de Rusia. Quien atestigua este hecho era una persona que tiene la propiedad de hacer este tipo de análisis, el ex delantero holandés Marco Van Basten, uno de los mejores delanteros del mundo del fútbol.

"Hemos visto algunos partidos en los que los defensores estaban tan compactados cerca del área, que simplemente no había espacio para dominar el balón y crear una oportunidad", afirmó el ex crack de Milán y Ajax, que hoy ocupa el cargo de jefe de desarrollo técnico de la FIFA.

El antídoto encontrado para el mal de los cerrojos modernos ha sido un viejo conocido: los goles provenientes de bolas paradas. De los 161 goles marcados hasta la segunda semifinal de este Mundial, 22 de ellos fueron marcados de penal. Otros siete surgieron de cobranzas de falta directas al gol. Pero en otras 40 oportunidades, el intento nació de cobranzas de tiro de esquina y pelotas lanzadas al área. Hemos tenido hasta dos goles nacidos a partir de lanzamientos en el lateral.

 

Se trata de una cifra inédita: 69 goles fueron oriundos de jugadas a balón parado, un 42,8% del total. En las últimas cinco Copas, el número más alto había sido el de la edición de 1998 (cuando el 38% de los goles surgieron de esa forma). "Esto demuestra una enorme eficacia", afirma el escocés Andy Roxburgh y que trabaja con Van Basten en el grupo de estudios técnicos, bautizado con la sigla en inglés TSG, organizado por la FIFA en septiembre.

 

 

En una entrevista realizada el jueves en el Estadio Lujniki, escenario de la gran final, el próximo domingo, Roxburgh hizo hincapié en resaltar al gran campeón en cuestión de la bola parada en la Copa de 2018. "Los entrenadores también deben ser recordados. El caso de Inglaterra, por ejemplo, entrenado por Gareth Southgate. Creo que de los 12 goles que marcaron, nueve fueron de balón parado. Fueron los reyes de los tiros de esquina. 

Otro factor crucial que colabora para la cantidad elevada de goles a partir de tiro de esquina (24) y de cabeza (33), es la presencia del VAR, el árbitro asistente de video, una de las principales novedades de esta edición de la Copa del Mundo. "Después de que la competición pasó de su fase inicial, los tirones y las faltas dentro del área fueron prácticamente eliminadas. Es decir, ahora hay más espacio para moverse", dice Andy Roxbourgh. Fuera de eso hay la alta cantidad de penales marcados con la ayuda de la tecnología.

Tanto Parreira como Marco van Basten se plantearon resaltar la fuerza de las defensas en el Mundial de 2018, algo que definitivamente no es atractivo para el público (principalmente aquel acostumbrado a los juegos electrizantes, llenos de goles, en las fases eliminatorias de las competiciones europeas). Pero el holandés, que comandó su selección en la Copa del 2006, en Alemania, dio la explicación para tal comportamiento de los equipos.

"En los clubes usted tiene prácticamente 46 semanas de trabajo. En la Copa tienes un nivel muy similar entre las selecciones, es otro tipo de competición", concluye. "Los espacios del campo se están haciendo cada vez más pequeños, por lo que los jugadores deben evolucionar no sólo físicamente como tácticamente".