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Todo listo para la histórica participación de Fernando Alonso en las 500 Millas de Indianápolis

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Fernando Alonso y su participación en las 500 Millas de Indianápolis es la gran noticia del automovilismo a nivel mundial en estas semanas. El diario el Mundo presentó una amplia nota sobre el piloto español y en su decisión de tener esta experiencia. 

Aquí la nota 

Abrió la puerta del ascensor y levantó el pulgar: «Lo hacemos». Así confirmó Fernando Alonso a sus colaboradores que aceptaba el reto de correr las 500 Millas de Indianápolis. La escena, en su hotel de Shanghai, se producía a la mañana siguiente de escuchar la proposición, durante el GP de China, el pasado 9 de abril. Sólo necesitó unas horas de cavilaciones para aceptar la invitación de su jefe en McLaren, Zak Brown. «¿Y si vas a la Indy?». En la cena, el capo había sorprendido al español con una pregunta inesperada. Quería calmarle con un objetivo ilusionante, tras el enésimo disgusto por ese coche pésimo que le han vuelto a poner entre manos, un año más. 

Por la tarde, en el circuito, se había producido la bronca habitual. Problemas mecánicos, tiempos de vergüenza y Alonso ante las cámaras midiendo su malestar para no manchar más la marca que le paga casi 40 millones por temporada. A los responsables de Honda -la segunda pata del equipo y suministrador de motores- les recordó otra vez: «¡No vais a vender ni un coche de calle como sigamos así!, ¿no os dais cuenta?». Los japoneses, como siempre en estas escenas repetidas desde enero de 2015, cuando volvió a McLaren, asintieron, resignados. 

Zak Brown relevó el pasado año al padre de la escudería, Ron Dennis, tras una cruenta lucha accionarial. Antes de llegar a la F1, este hombre de negocios hizo fama de gurú del márketing, sobre todo en Estados Unidos, su país, en competiciones de automovilismo. Antes probó al volante. «Vi que me era más fácil lograr patrocinadores para los otros que para mí», explica sobre su cambio de oficio, de piloto a intermediario.

El tirón mediático

La Operación Indianápolis es su último proyecto, exitoso mediáticamente antes incluso de la carrera del domingo. Tanto McLaren como el doble campeón del mundo de F1 están revalorizando sus nombres en estos días de descubrimiento para el gran público en Europa (y sobre todo en España) de la mítica prueba norteamericana -101 ediciones ya-. La señal de televisión de sus primeros entrenamientos en el óvalo, hace dos semanas, tuvo más de un millón y medio de espectadores por 'streaming' en internet, un 1.528% más que el pasado año. Y la retransmisión (de varias horas) consistió en imágenes del coche color melocotón de Alonso dando vueltas al circuito sin rivales, un giro tras otro, marcando tiempos en las cuatro curvas de la pista. Solo. A la vez, la web de la Indy se ha disparado, con un 98% más de tráfico en el último mes.

Desde el entorno del español, confirman también el impacto de la noticia en sus redes sociales. El desembarco en Indianápolis ha coincidido con el lanzamiento de la última iniciativa empresarial del piloto, su nueva marca de ropa, Kimoa. La luce ahora en todas sus apariciones, además de portar el nombre en su casco en los entrenamientos y la carrera. Se trata de prendas informales, de tono surfero. Camisetas, sudaderas, bañadores, gafas de sol... De venta 'on line', sin tiendas físicas de momento, aunque las oficinas del universo Alonso han dejado la carretera de La Coruña para instalarse en pleno barrio madrileño de la moda, cerca de La Cibeles. Indianápolis está sirviendo como estupenda plataforma de publicidad para la firma. De hecho, Estados Unidos se ha convertido en el gran mercado de Kimoa.

Y hay más. Porque su irrupción en la Indy ha provocado que numerosos 'sponsors' norteamericanos pregunten por él. Tras la obligada criba realizada por su agente y mano derecha, Luis García Abad (otro de los ideólogos de esta aventura), dos nuevos patrocinadores se unirán a Fernando Alonso: Citibank USA, en un acuerdo que este miércoles se hizo público, y Autonation, una poderosa red de concesionarios del país.

Hulkenberg y Webber fueron antes

Zak Brown conocía desde hace tiempo el interés de su estrella por otras pruebas con solera en el mundo del automovilismo, como las 24 Horas de Le Mans, donde otros pilotos de F1 participaron con brillo, como Niko Hulkenberg, campeón en 2015 en su primera oportunidad. Mark Webber, ex de Red Bull, había detallado muchas veces a su amigo Alonso la magia de la carrera de resistencia francesa. El ovetense quería intentarlo este año, pero tuvo problemas para encontrar un coche de garantías. Entonces, Brown le habló de las 500 Millas de Indianápolis.

La operación cuajó en poco tiempo. Después, la bomba informativa: Alonso no estaría en el GP de Mónaco para correr la Indy. La F1, siempre altiva y orgullosa, miró con recelo la ocurrencia de uno de sus rostros de referencia, que renunciaba a la cita más histórica -con Indianápolis y Le Mans conforma la triple corona, sólo en poder de Graham Hill-. Sin embargo, la F1 ha pasado del desdén al interés. Tanto que hasta su web ha solicitado dar imágenes en directo de Indianápolis. También muchos periodistas (españoles y extranjeros) que cubren los grandes premios viajarán al óvalo de Indiana.

Conviene subrayar que Zak Brown está en sintonía con los nuevos dueños del Mundial de F1, la compañía norteamericana Liberty Media. Superada la etapa de Bernie Ecclestone, pretenden dinamizar un campeonato algo anquilosado, en su opinión, y lejano del público. Quieren más vías de negocio y, sobre todo, conseguir nuevos espectadores, por ejemplo en Estados Unidos. La idea de que Alonso haga de embajador les ha parecido muy acertada.

Fuente: Diario El Mundo