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El sorprendente deportista mejor pagado de la historia

¿Quién es el atleta que más dinero gana? Según Forbes, en la actualidad se trata del boxeador Floyd Mayweather, con unas ganancias aproximadas de 85 millones de dólares. Le siguen su archirrival Manny Pacquiao, el golfista Tiger Woods y la estrella de la NBA Lebron James. Sin embargo, ninguno de sus botines es comparable al que llegó a reunir el deportista mejor pagado de todos los tiempos. Y curiosamente, es probable que su nombre resulte para muchos menos familiar que cualquiera de los anteriores.

Hablamos de Cayo Apuleyo Diocles (Gaius Appuleius Diocles), nacido en el año 104 en Augusta Emerita, capital de la provincia hispana de Lusitania. Su curiosa historia nos la cuentan en el blog Knowledge Nuts. La disciplina en la que se especializó la habrás intuido al ver la ilustración sobre estas líneas, obra del ilustrador italiano Severino Baraldi. En efecto, Diocles fue el más glorioso auriga de la historia, con nada menos que 1.462 victorias en las 4.257 carreras en que tomó parte.

El porcentaje de triunfos es superior a un 34%, registro aún más espectacular si consideramos que fue segundo o tercero en otras 1.438 galopadas. Durante los 24 años que duró su trayectoria, Diocles hizo enloquecer a las masas con sus sprints finales, remontando posiciones en los últimos metros para terminar sometiendo a sus adversarios. Sus cualidades y su fama le convirtieron en un hombre rico y poderoso, un auténtico magnate de su época.

Cuando decidió colgar las riendas, Diocles había acumulado premios por valor de 35.863.120 sestercios, que al cambio actual serían más de 13.600 millones de euros. Una cifra inalcanzable en nuestros días, que demuestra la relevancia que llegó a adquirir el atleta lusitano. Estos datos se conocen precisamente porque, cuando anunció su retirada a los 42 años, fue homenajeado con un monumento en su recuerdo en la ciudad de Roma.

Si has visto la película Ben-Hur, un clásico dirigido por William Wyler y estrenado en 1959, seguro que recuerdas los carros de cuatro caballos empleados en la carrera en que se ambienta una de las escenas más celebradas. Así eran los vehículos empleados por el imparable Diocles. Eso sí, la historia también nos cuenta que sus habilidades no trascendían mucho más allá del ámbito del deporte, porque era analfabeto y hombre de escasa cultura.

Fuente: Diario ABC de España