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Cómo el exceso de grasa ayuda a un boxeador

Eric "Buterbean" Esch

Imagínate convertirte en el campeón mundial de pesos pesados en el Madison Square Garden de Nueva York tras noqueando a una superestrella del boxeo que nunca había sido noqueada... y que aún así te digan gordo.

Pues es lo que le pasó al mexicano-estadounidense Andy Ruiz, quien esta semana sorprendió al mundo del boxeo al derrotar al británico Anthony Joshua por KO técnico.

Ambos se enfrentaron el pasado sábado y el favorito no era precisamente el mexicano-estadounidense que acabó ganando la pelea.

Tuvo que aguantar de todo por parte de los aficionados y del equipo de su oponente ya desde días antes.

Pero también mientras se realizaba el pesaje oficial.

Mientras Joshua mostraba un cuerpo extremadamente trabajado con sus marcados músculos, Ruiz aguantaba todo tipo de comentarios sobre los kilos de más.

Los seguidores del británico se burlaban de Ruiz, como se burlaban hace 15 años de él los niños en el colegio.

El cara a cara de los dos boxeadores, uno de formas redondas (121 kilos, 1,88 m) y el otro alto y musculoso (110 kilos, 1,98 m) acentuó más la idea.

Pero sin inmutarse, Ruiz respondió a sus críticos antes del combate: "Soy rechoncho y corto, pero rápido como un rayo".

Así que con todo este ruido previo, la asombrosa victoria de Ruiz contra Joshua, en posesión de cuatro cinturones de campeón de los pesos pesados de cuatro asociaciones (IBO, WBA, IBF y WBO), parece la revancha de alguien del que te burlaste por tener unos kilitos de más.

Para el ojo inexperto, el púgil mexicano sin duda parecía no estar en forma.

Las repeticiones a cámara lenta de algunos de sus golpes subrayaron su flácido torso.

"En un deporte como el boxeo entre pesos pesados, ciertamente hay escenarios en los que tener grasa corporal de más puede ser beneficioso", dice el nutricionista deportivo Mayur Ranchordas.

Este doctor ha trabajado con boxeadores profesionales como Gavin y Jamie McDonnell y con otros deportistas como el buzo Tom Daley.

Ranchordas afirma que lo primero es reconocer el delicado equilibrio entre músculo, grasa y estado físico.

"Cuando entrenamos atletas, lo primero que hacemos es medir la composición de su cuerpo: la cantidad de masa muscular y la cantidad de grasa que tienen", explica Ranchordas.

"Si quieres convertirte en un buen ciclista, la grasa corporal adicional no sirve de nada porque ese peso que no se traduce en rendimiento. Pero en el boxeo si", aclara.

"Si pesas 20 kilos más, incluso aunque ese peso provenga de la grasa, tu oponente va a sentir mucho más tus golpes".

Así que básicamente, el peso extra en boxeo puede aumentar la potencia.

Por supuesto, esta afirmación tiene un matiz: la aptitud física y la agilidad con la que cuenta el deportista.

"Si tienes grasa corporal adicional, tu frecuencia cardíaca será más alta y tendrás que utilizar más energía para moverte", explica.

Antes de una pelea, los boxeadores van a campos de entrenamiento donde, por lo general, el objetivo es perder grasa y aumentar la masa muscular.

Para tonificar, básicamente.

Pero Ranchordas dice que, mientras un atleta esté lo suficientemente en forma para soportar el peso adicional, la grasa puede ser útil.