Buscar en Google:

Esta temporada de la Fórmula 1 es la más pareja de los últimos cinco años

Resultado de imagen para Vettel, Ricciardo y Hamilton

Para los amantes del automovilismo la presente temporada empezó con muchas emociones. Desde que la Fórmula 1 se volvió híbrida, a partir de la temporada 2014, un campeonato nunca fue tan parejo como el actual. 

De momento el balance está de la siguiente manera: seis carreras disputadas, dos triunfos para Mercedes, dos para Ferrari, dos para RedBull.

Mercedes ganó todos los títulos puestos en juego desde que los autos de la máxima categoría pueden emplear, además de la potencia del motor de 1.600 cm3 equipado con turbocompresor, energía regenerada a partir del calor que produce el turbo y del que se disipa en cada frenada. Pero después de un dominio incontrastable entre 2014 y 2016, batalló más duramente en 2017 contra Ferrari antes de coronarse. Ahora el campeonato está mucho más abierto. 

La fantástica victoria de Daniel Ricciardo en Mónaco, con un coche que había perdido 160 de sus 900 HP en las últimas tres cuartas partes de la carrera, estableció esa llamativa paridad. El australiano había vencido también en la tercera carrera del año, en China, gracias a una acertada decisión estratégica. Los dos triunfos pusieron a Ricciardo en aparente lucha por el título mundial de pilotos; sin embargo, no fueron mérito exclusivo de la performance.

El flanco débil del RedBull es su motor, el impulsor de Renault rebautizado con el nombre del sponsor, Tag-Heuer. Con menos potencia que los V6 de Mercedes y de Ferrari, el chasis fue perdiendo también competitividad, al no poder extremar los procesos de puesta a punto. El RB14 sigue siendo un coche que extrema el concepto rake (cuando el piso forma un ángulo pronunciado con el asfalto, una idea que Ferrari copió pero no Mercedes) para generar downforce y posee gran eficiencia aerodinámica, pero no parece disponer de suficiente potencia como para plantear lucha mano a mano con los autos plateados y los escarlata en cualquier tipo de pista.

En el intrincado Montecarlo, perdió siempre en el primer parcial (con una sola curva) a causa de su déficit de HP, y ganó en los dos últimos (con las 18 curvas restantes) gracias a su menor distancia entre ejes respecto a los Mercedes y a las Ferrari, pudiendo doblar más rápido. No es extraño, entonces, que la escuadra anglo-austríaca considere utilizar a partir de 2019 los motores Honda que ya equipan a los ToroRosso.

Renault promete una evolución para el próximo Gran Premio, el domingo 10 en Montreal (Canadá), donde las velocidades son muy elevadas. Solo si eso realmente fuera así y los autos azules pueden competir en igualdad de condiciones, entonces Ricciardo tendrá una oportunidad de disputar el título.

Después de haber perdido por poco el título del 2017, la Ferrari arrancó esta temporada con un auto más eficaz, la SF71H, que le permitió a Sebastian Vettel ganar los dos primeros compromisos del año, en Australia y Bahrein. Es un poco más rápido que el Mercedes en línea recta, aunque pierde en el rubro de la velocidad en curva: por eso en Barcelona, la carrera anterior a Mónaco, una pista de largos curvones, cayó tanto su rendimiento. También Vettel se equivocó en Azerbaiján, una carrera que pudo ser suya y acabó en manos del campeón Lewis Hamilton.

En el quinto año de la era híbrida, Mercedes asume que no tiene el coche más rápido: recién pudo ganar en la cuarta carrera, en Bakú, tras un final alocado, y repitió en España, aunque en el arranque del año, en Australia, perdió la carrera por cuestiones estratégicas y no de rendimiento.

El W09 que conduce Hamilton no siempre saca el mejor rendimiento de los neumáticos; esa falencia que ya se vio en el modelo del año pasado. Con ese drama y un motor que ya no es más potente que el Ferrari, Mercedes pierde el favoritismo absoluto. Sin embargo, aún quedan 15 carreras por delante y el desarrollo técnico no se detiene.

Fuente: Diario La Nación Argentina