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Navas: "Que nadie lo olvide, el Real Madrid siempre vuelve"

Keylor Navas posa para ABC en Valdebebas

"Es el mejor portero de la Champions. Imbatido durante siete partidos, es un baluarte del Madrid en el regreso de su objetivo, la Copa de Europa", así empieza una amplia nota del Diario ABC de España sobre el portero costarricense Keylor Navas. 

"Que nadie lo olvide, el Real Madrid siempre vuelve", fue una de las tantas frases de Keylor durante la entrevista. 

Los merengues recibirán el martes a la Roma en el partido de vuelta de los octavos de final de la Champions League. En la ida los merengues ganaron 0-2. 

Aquí la nota completa 

Las sonrisas reinan en Valdebebas en el soleado domingo de marzo. Los futbolistas del Real Madrid, con Bale, Kroos y Modric a la cabeza, realizan un entrenamiento de feliz recuperación después de acribillar al Celta con siete goles un día antes. El único titular que tiene una sesión fuerte es el guardameta. Para Keylor no hay descanso. Piensa que debe ejercitarse siempre al máximo para mantener su agilidad felina. En San Isidro, en su localidad natal de Costa Rica, le llamaban «el halcón» y ahora le denominan «la pantera». Su velocidad para salvar goles al Real Madrid con salidas valientes a los pies de los rivales son alabadas por sus compatriotas, que demuestran un orgullo casi celestial por tener a un paisano en el equipo más famoso del mundo. En los bares, con una cerveza Imperial en las manos, todo el país presencia los partidos del «Real» y celebra los éxitos de su arquero nacional como si fueran suyos. Viaja usted a Costa Rica y le hablan de Carvajal y Marcelo como si fueran «ticos». La culpa la tiene «el mejor guardameta de la Champions». El costarricense se encuentra imbatido tras siete partidos de Copa de Europa. Suma 630 minutos sin recibir un gol. El récord lo tiene el alemán Lehmann en 853 minutos. Mañana disputa el octavo, frente a la Roma. Keylor reflexiona con profundidad sobre su rendimiento personal, sus secretos, la Champions, la eficacia de Cristiano, el vestuario, la personalidad de Zidane, y la exigencia del Real Madrid.

 «Cero confianza ante la Roma», advierte el mejor portero de la competición continental ante el encuentro de mañana. No se fía aunque su equipo venciera 0-2 en Italia. «Vamos a salir a ganar porque el Real Madrid no entiende otra cosa. Va en el ADN del club, de su historia; va en el ADN de su afición».

«Trabajo al máximo»

El centroamericano asume que conquistar la Copa de Europa es el objetivo principal del club. Y el suyo en particular, ávido de títulos, tras una carrera en equipos modestos. Destaca, no obstante, que el conjunto blanco no puede desconectarse de la Liga. Con independencia de la relevancia de ser tercero o segundo en el campeonato, subraya que es tal la importancia de la entidad que cualquier derrota o empate se convierte en una semana de críticas. No hay partidos irrelevantes para esta casa. «Se dice que la Champions es el hábitat natural del Real Madrid, pero ante el Celta demostramos cuánto nos importa la Liga, por muy complicada que esté».

Difícil fue aceptar ser suplente de Íker Casillas en agosto de 2014, un mes después de haber sido elegido el mejor portero del Mundial de Brasil, dos meses más tarde de haber sido votado como uno de los tres mejores guardametas de la Liga española, al frente del Levante. Navas no se lo pensó. Es blanco. En Costa Rica soñaba con jugar un día en el Real Madrid. Llegó y admitió su situación con la disciplina que define su trayectoria profesional. Nunca se quejó. Trabajó hasta alcanzar su meta: ser titular del equipo de sus amores. Tiene una filosofía de vida: «Nunca me he rendido. Ese verbo no se lo enseño a los míos y no se conjuga en mi casa».

Al principio, algunos dudaron de su valía para ser el cancerbero de un conjunto de la exigencia del Real Madrid. Escuchaba este latiguillo: «No es lo mismo parar muchos disparos en el Levante que soportar la presión del Madrid, que exige hacer la parada milagrosa en el momento clave». El costarricense demostró su capacidad en cuanto disfrutó de continuidad en el puesto. Debutó como titular en Gijón, en agosto del año pasado, y no recibió ningún gol. Se estrenó con el número «uno» en el Bernabéu siete días más tarde, y enamoró a la afición blanca con un increíble robo de balón a los pies de Rubén Castro y la parada de un penalti al mismo delantero, que aún no sabe qué sucedió. Le preguntamos por el secreto de su éxito: «¿Mi secreto? Amar mi profesión. Amo los entrenamientos, amo la competición, amo la pasión y el olor a césped».

Hoy es titular indiscutible. Ha sido el mejor jugador del equipo en varios partidos a domicilio, frente al Betis, el Granada y el Málaga. En Roma, en el duelo de ida de octavos de final, estuvo sensacional, antes de que Cristiano decidiera. Sacó dos balones a los pies de Salah en sendas salidas de raza. Su triunfo personal está basado en el trabajo y en su mentalidad. Vive un sueño hecho realidad, ser el «arquero» el Real Madrid, y se sacrifica por extenderlo durante muchos años. Sabe que lo difícil no es llegar, sino mantenerse. «Cada noche doy gracias a Dios: salud, familia», señala. «Y por supuesto, por haberme dado la oportunidad de vivir este sueño. Cada día quiero devolverle al club y al fútbol todo lo que me ha dado».

La entrega para llegar a lo más alto ha sido su máxima desde que llegó al Deportivo Saprissa, el mejor equipo de su país. Crean que lo tuvo duro. Antes de entrar en las selecciones inferiores de Costa Rica escuchó que era bajito, que no valdría. Fueron su rapidez, su personalidad y su energía las características que le llevaron al equipo nacional y al éxito en el Saprissa y en España. Defiende un lema. «Mi única meta es a la vez la más importante: estar cada día de trabajo y de partido al máximo física y mentalmente».

Nada de soberbia

Otra virtud esencial para mantener su nivel de rendimiento es no creérselo. El mejor cancerbero de la Champions no es soberbio. Nunca se le subirá el puesto a la cabeza. Sabe que el día que se crea más que nadie comenzará su declive: «No persigo la gloria personal. Persigo la perfección, y como no existe, esto me mantiene siempre alerta, en guardia, en la pelea».

Es feliz por ser importante en el club al que vio ganar de niño las Champions de 1998, 2000 y 2002. Jugar en él era impensable en aquellos años: «Estar en el Real Madrid es algo que es imposible de explicar a alguien que no lo haya vivido. Es grandioso y mágico. Yo creo que todos los jugadores del mundo deberían vivir al menos un minuto en el Real Madrid».

Hablemos de su equipo. De su entrenador, Zidane, que debuta al más alto nivel. Disfrutó con su golazo en la Champions 2002 y ahora es su jefe. «Zidane está demostrando que él no sólo nació para marcar la volea de la Novena. Como entrenador puede conseguir muy grandes cosas aquí».

El técnico aplica nuevos conceptos, especialmente en la estrategia defensiva. «La adaptación a las nuevas ideas lleva tiempo. Los mecanismos necesitan ir encajando. Tomarse esto como una carrera contrarreloj es un error. Pero que nadie olvide que el Real Madrid siempre vuelve. Son ciento catorce años en la cima del fútbol». Precisamente ayer, 6 de marzo, la entidad celebró ese cumpleaños. Y el guardameta lo tenía muy presente.

Las dos grandes diferencias entre el Real Madrid y el resto de los clubes del planeta son la necesidad de ganar títulos y la presión interna y externa que produce este club. Todo se magnífica cuando se refiere al Real Madrid. Navas es rotundo en este sentido: «No me interesa lo que se diga sobre este vestuario. No hay otro que aguante tantísima presión desde el exterior. Esto nos convierte en los más fuertes del mundo. Y esto no lo puede decir nadie más que nosotros».

Hacemos un apartado con Keylor para hablar de Cristiano. Acabado, decían unos de él hasta hace unos días. Ya no es el de antes, pronosticaban otros. Cristiano genera admiración a los madridistas y odio a los antimadridistas. Nunca deja indiferente y esta verdad es el argumento de su calidad. Keylor ensalza a un compañero que es un ejemplo para la juventud, por su sacrificio durante años y años para llegar a las más altas cotas en el fútbol. El costarricense sabe lo que es eso. Ha vivido vicisitudes parecidas. Y manifiesta que ese esfuerzo del portugués debería ser reconocido en todo el mundo. «Cristiano es algo más que un futbolista. Es un futbolista de la Marvel. Pasarán décadas, muchas décadas, y eso con mucha suerte, para que exista otro siquiera parecido».

El delantero anotó cuatro goles frente al Celta y es líder de la clasificación de artilleros de la Liga, con 27 tantos. Dos de ellos fueron de alcurnia, en disparos desde fuera del área. El guardameta subraya una realidad: «Cristiano es importantísimo para todos nosotros, dentro y fuera». Comparte con él un secreto. Ambos regeneran su ambición, para no bajar los brazos, con una dura autocrítica. Se flagelan: «Cuando regreso a casa después de un partido o un entrenamiento, el primer crítico conmigo soy yo, por una razón: porque siempre he podido hacerlo mejor».