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Roma vence 2-1 al Bolonia que no contó con Giancarlo González

La entrada de El Shaarawy en el arranque del segundo tiempo dio alas a la Roma para tumbar a un combativo Bolonia y situarse a 1 punto del Milan, que marca las posiciones de Champions.

El conjunto de Di Francesco, apático y rígido, lo pasó mal durante muchos tramos, incapaz de tener continuidad en el juego, hasta que el delantero egipcio hizo acto de presencia para provocar el penalti que allanó el camino a los capitalinos.

El tico Giancarlo González no vio acción con el Bolonia debido a una lesión que lo mantiene al margen.

Una buena combinación de Dzeko y el Shaarawy dentro del área boloñesa terminó con un derribo muy claro al romanista y la posterior ejecución desde los once metros de Kolarov. Hasta ese momento, no las tuvo todas consigo la Roma, a merced de su rival durante muchos tramos de la primera mitad.

El conjunto dirigido por Mihajlovic, en posiciones de descenso, plantó cara bien comandado por Poli y gozó de varias ocasiones para, por lo menos, sacar algo positivo de un Olímpico totalmente desangelado. El guardameta Olsen rescató a los suyos con una doble parada de mucho mérito tras una indecisión de su zaga en el minuto 42. El Bolonia volvió a avisar con un remate al larguero de Soriano al filo del descanso (46’).

En la segunda parte los de Di Francesco dieron un paso al frente espoleados por El Shaarawy, que ingresó en el terreno por un insípido Cristante. Solo 7 minutos tardó en constar en el partido, provocando el penalti que pondría el partido de cara.

En el minuto 72’, Fazio puso el 2-0 tras la salida de un córner. De Rossi peinó el cuero en el primer palo y el central argentino, solo en el segundo, empaló con la derecha para poner tierra de por medio.

Ni siquiera la diferencia en el marcador, o las urgencias clasificatorias, amilanaron al Bolonia, que siempre dio la sensación de estar en el partido, en buena medida gracias a la amenaza de sus delanteros. En el minuto 84’, Sansone recortó distancias con un golazo en jugada individual. Demasiado tarde para rascar el empate.