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Leipzig, el equipo aborrecido en Alemania que está de moda

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El RassenBallsport Leipzig es el equipo más odiado de Alemania. No hay ningún aficionado que se alegre por el histórico pase a cuartos de final de la Champions.

En el país de Beethoven y Bach no gusta nada lo que los teutones denominan dopaje financiero. La historia de este club comienza el 19 de mayo de 2009, cuando Red Bull decide comprar un equipo perteneciente a la ciudad de Leipzig que militaba en la quinta división germana. La empresa austriaca ya había iniciado su aventura en el fútbol al adquirir una franquicia en Nueva York y otra en Salzburgo, además de las escudería de Fórmula 1. Su imagen siempre se había asociado a los deportes de riesgo en relación con la estimulante bebida que proporcionan, pero con la incursión en el deporte rey quisieron desmarcarse de ese concepto.

En 2006, el dirigente de Red Bull, Dietrich Mateschitz, quiso crear un equipo en Alemania como ya había realizado en otros países. Fue el mismísimo Franz Beckenbauer, amigo del millonario austriaco, quien le aconsejó la compra de un equipo de Leipzig. Lo intentó con el FC Sachsen Leipzig, pero se topó con la normativa de la DFB conocida como 50+1. Esta regla impide que los clubes puedan ser adquiridos en más del 51% por una empresa, para que los votos estén en manos de los clubes y sus socios.

También lo intentó, sin éxito, en escuadras como el Fortuna Düsseldorf o el FC St. Pauli. Fue entonces cuando quiso escapar del control de la DFB y apostó a nivel regional: compró la plaza de la quinta división alemana del SSV Markranstädt por unos 350.000 euros. Con 5.000 espectadores en el campo, ascendió a cuarta con 22 puntos sobre el segundo. Fue en la Regionalliga donde se atascaron durante tres años, hasta que en la 2012-13, lograron el campeonato. En la 3. Liga, le bastó ser segundo para llegar a la segunda categoría del futbol teutón.

A la primera no salió, pero sí a la segunda, en 2016. Siete años le costó alcanzar la Bundesliga, en la que el primer año fue subcampeón. La afluencia de los seguidores que van al campo también ascendió como la espuma, pues reúne, en el remodelado estadio para el Mundial 2006 de Leipzig, a más de 35.000 espectadores. Del Zentralstadion se pasó al Red Bull Arena por el patrocinio, al igual que el Allianz o el Signal Iduna Park (Westfalenstadion).

El RB Leipzig puede erigirse como el equipo revelación de este curso si es capaz de seguir luchando por el título doméstico y avanza hasta las semifinales de la Champions. El paseo de los alemanes en octavos ante el finalista de la pasada edición, el Tottenham, fue absoluto.

Es evidente la construcción a base de talonario, pero la gestión administrativa y deportiva también ha sido brillante. Se ha apostado por un entrenador de apenas 32 años: Julian Nagelsmann, cuyo planteamiento superó a Mourinho, tanto en el partido de ida como en en el de vuelta, a pesar de disponer de una plantilla con menos renombre que la del Tottenham.

La crítica a los millones invertidos también chirría un poco si se tiene en cuenta que la media de edad del equipo es de 23,6 años, con el tercer portero como único jugador que supera los 30. La duda será conocer si los toros rojos serán capaces de enfrentarse a las delanteras más potentes de Europa y parar a los grandes nombres del viejo continente... aunque, a estas alturas, son ellos los que esperan a que los gigantes pasen de ronda.

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