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Jorge Barraza y su atinado comentario sobre Queiroz

“¿Y qué ha ganado Queiroz…?”, “¿No dicen que es muy defensivo …?”, “¿Nos llevará al Mundial…?”, “Sólo ha entrenado selecciones pequeñas…”

El técnico portugués todavía no empezó su andadura en Colombia, pero ya es objeto de, como mínimo, desconfianza. De cada diez comentarios de los lectores de El Tiempo de Bogotá, en nueve lo desaprueban, dudan de él o bien lo critican abiertamente. Es el fenómeno de Internet y las redes sociales, que abrieron la opinión a todo el público. Y representa una losa que el nuevo entrenador deberá cargar desde antes de ponerse el buzo. Empieza en rojo. Todo lo que pueda ganar le servirá para ir descontando recelos y escepticismos. ¡Bienvenido a Sudamérica, señor Queiroz…!

 

De fútbol y de medicina todo el mundo opina. Claro que opina mejor quien sabe más. Y nadie entiende mejor de la pelota que los entrenadores. Antes se le decía “profesor” al técnico. Y eso es Carlos Manuel Brito Leal Queiroz, cuya hoja de vida impactaría incluso al rector de una universidad o al presidente de cualquier compañía multinacional. Lo contratarían en el acto. “Claro, pero esto es fútbol”, podría replicar algún internauta. Exacto, esa ciencia en la que dos más dos son siete. Y en este campo tiene un currículum impresionante.

Ha dirigido a cuatro selecciones, en cuatro continentes, a grandes clubes como el Real Madrid y el Sporting de Lisboa, ha comandado grupos de las culturas más diversas; ha entrenado a juveniles y mayores. Condujo a Sudáfrica al Mundial 2002, a Portugal al de 2010 y a Irán a los de 2014 y 2018; ganó dos Mundiales Sub-20; fue la mano derecha de Alex Ferguson en la época dorada del Manchester United y justamente Sir Alex, en su libro Liderazgo, le adjudica un mérito no menor: ser el descubridor de Cristiano Ronaldo. “A poco de irse de nuestro cuerpo técnico, Carlos me llamó para decirme que había en el Sporting de Lisboa un joven muy prometedor al que debía ver inmediatamente. Era Cristiano Ronaldo. Hicimos un amistoso nada más que para eso. No me volví de Portugal sin concretar el fichaje por 12,24 millones de libras”.

Ferguson era el manager general del club y Queiroz quien manejaba los entrenamientos del equipo. El escocés lo alaba rotundamente. Cuenta que mientras él estaba en su oficina despachando asuntos, Queiroz manejaba el grupo, compuesto por algunos pesos pesado como Fabien Barthez, Rio Ferdinand, Gary Neville, Beckham, Roy Keane, Ryan Giggs, Paul Scholes, el actual DT Ole Gunnar Solskjaer, Ruud van Nistelrooy, Diego Forlán, Juan Sebastián Verón, Wayne Rooney, su recomendado Cristiano, Gerard Piqué y una veintena más del mismo calibre.

Pero también lo elogian en el Real Madrid, donde fue contratado por Jorge Valdano, en ese entonces director general deportivo blanco, para la temporada 2003-2004. Un periodista madrileño de la Cadena SER lo elogia sin dudar: “En general quedó un gran concepto de Queiroz, hizo un excelente trabajo con un plantel mínimo: tenía 11 titulares y un solo suplente: Solari, quien ahora es el técnico. Si se lesionaba el nueve, entraba Solari, si echaban al lateral derecho, jugaba Solari… Un plantel demasiado corto para ese club. Para peor, a último momento del mercado de pases el departamento médico desaprobó la contratación del zaguero Gabriel Milito por un tema en su rodilla y el día del cierre de las transferencias se decidió vender al Chelsea a Makelele, que era un puntal del equipo. Fernando Morientes fue prestado al Mónaco y se lesionó Ronaldo Nazario. Pese a todo, el Madrid fue puntero en la liga hasta fines de febrero, llegó a la final de la Copa del Rey y a cuartos de final de Champions”.

Con algunos agregados tragicómicos: la final de la Copa del Rey la perdió con el Zaragoza, donde la figura fue Milito. Cayó en Champions ante el Mónaco por gol de visitante (había ganado 4-2 en casa) y fue derrotado 3-1 en el principado, con un gol de Morientes en cada juego, siendo Morientes el goleador absoluto de esa edición de la Copa de Europa con 9 goles. Y el Mónaco fue finalista. “Con Milito y Makelele posiblemente se hubiera ganado todo. Queiroz hizo milagros con un grupo mínimo para un equipo que debía afrontar 60 partidos en el año. Es un tío muy normal, sabe entrenar y se lleva perfecto con los jugadores”.

 

En Brasil 2014, con Irán, le hizo un partido notable a Argentina, mereciendo ganarle quizás, lo perdió en el minuto 91 con aquel sensacional gol de Messi de rosca desde fuera del área. Luego Argentina llegó a la final. Y en Rusia 2018 le dio un repaso a Portugal, mereciendo largamente clasificar a octavos.

Cuando se contrata un entrenador nacional, hoy día un cargo más importante que el de cualquier ministro (la gente no sabe ni los nombres de muchos ministros) han de tenerse en cuenta tres condicionantes: a) el salario, b) la disponibilidad, c) si aceptaría el cargo. La Federación podría escoger a Klopp o a Guardiola (no hay más arriba, no busquen), pero, por citar un ejemplo, Pep cobra 20 millones de euros al año y ahora el Manchester City quiere renovarle y ponerlo al mismo nivel de Messi (42 millones limpios) para que no se vaya. No se puede pagar en Sudamérica. Segundo: tiene contrato y no puede salir. Tercero: ¿querría dirigir a Colombia…? Argentina ni siquiera puede repatriar a los suyos; Simeone o Pochettino están en otra dimensión, no tiene con qué pagarles ni cómo seducirlos.

El universo de entrenadores capaces es muy reducido en función de la demanda existente. El Real Madrid primero tuvo que sustraerle el técnico a la Selección Española: Lopetegui. Luego lo despidió, miró para todos lados buscando un reemplazo y no encontró a nadie. Debió echar mano a un novato que tenía en el Castilla: el Indiecito Solari, que lo está haciendo sorprendentemente bien. De modo que, de lo que hay en vidriera, y de lo disponible, Queiroz es una elección inmejorable, un hombre de vastísima experiencia, que se ha manejado siempre al nivel más alto de excelencia, un entrenador, un docente, un estudioso y un trabajador que conoce todos los secretos del juego. Después, si gana o pierde, sabe Dios. Esto es la dinámica de lo impensado, el reino del imponderable. Pero es una carta de primerísima. Colombia ha elegido con serenidad y acierto. Se puso en manos de un gran especialista. Luego, Dios dirá.

Ojalá tenga suerte. Necesitará de la tolerancia del periodismo, a menudo muy impaciente. La prensa traslada su mosqueo al público y después se generan climas adversos que devienen en crisis. Le va a costar a Queiroz, esto es Sudamérica, plaza brava. Hay mucho roce, el futbolista nuestro tiene más trampa que el europeo o el asiático, todo es más parejo y peliagudo. No obstante, es una contratación acertadísima. Todas las selecciones sudamericanas presentan excelentes entrenadores: Bolillo en Ecuador, Rueda en Chile, Osorio en Paraguay, Villegas en Bolivia, el mencionado Queiroz en Colombia, Dudamel en Venezuela y por supuesto los ya consagrados Tite en Brasil, Tabárez en Uruguay y Gareca en Perú. La excepción es Argentina, que tiene un entrenador interino y que jamás dirigió ningún equipo. Es una completa incógnita. 

Comentario de Jorge Barraza