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El por qué Marcelo se mantiene en la banca del Real Madrid

Solari tiene a Marcelo en el congelador. En el caso del brasileño, hay un dato que no deja pasar el preparador físico –Antonio Pintus–. Hasta que Marcelo no esté en su peso ideal no va a jugar con Solari y el brasileño lleva dos partidos seguidos (Betis y Sevilla) sin disputar ni un solo minuto.

La suplencia de Marcelo abre otro caso con polémica en el Real Madrid. Estos son los cinco motivos por los que Solari no cuenta con el brasileño.

Baja forma y sobrepeso

La báscula no engaña y los jugadores están obligados a pesarse casi a diario antes de empezar los entrenamientos. Marcelo regresó de las vacaciones navideñas con algún kilito de más –según Onda Cero tiene hasta 7 kilos de sobrepeso–. El dato es alarmante y es el primero de los motivos por los que Solari no se fía del brasileño. La situación está hablada entre el entrenador y el segundo capitán, aunque al lateral le cueste aceptarlo porque es de los que cree que jugando, con el ritmo de los partidos, coge más rápido la forma física ideal.

Solari y mucho menos Antonio Pintus son partidarios de hacer jugar, por lo menos desde el inicio, a un futbolista que tiene sobrepeso. Primero porque perjudica al rendimiento colectivo y segundo porque puede provocar una lesión en el propio futbolista. Sólo hay un plan: recuperar lo antes posible a un futbolista que se considera imprescindible si está en su estado óptimo de forma porque encaja en el estilo directo y vertical de Solari.

 

Desobediencia táctica

Si a una mala forma física se une que Marcelo ha provocado la irritación en Solari por desantederse de sus funciones, el problema se multiplica. Al entrenador no le han gustado cuatro partidos del brasileño. Le dio un toque en la semifinal del Mundial de Clubes contra el Kashima por no cerrar en defensa. No le gustó su falta de concentración en el primer encuentro del año, el aplazado contra el Villarreal. Estuvo despistado, sin velocidad de reacción y poco contundente. Le señaló en la derrota contra la Real Sociedad en el Bernabéu cuando le quitó en la segunda parte para meter a Reguilón. Y se mosqueó en el partido de vuelta contra el Leganés. Solari le puso de extremo, en el centro del campo, y a Reguilón por detrás para protegerle. Marcelo decidió, por su cuenta, volver al lateral cuando no se encontraba cómodo en posiciones adelantadas.

La frescura de Reguilón

Mandar a Marcelo al banquillo ha sido posible por la aparición del joven Sergio Reguilón (22 años). El canterano tiene ocho años menos que el brasileño y la edad se nota. La frescura, energía y compromiso han podido con la lentitud, cansancio y despistes de Marcelo. Sergio Reguilón ha sabido aprovechar su oportunidad. Un chico que ya despuntó en la pretemporada y con el que Julen Lopetegui quedó tan satisfecho que pidió que formara parte del primer equipo. Lopetegui ya dio un toque a Marcelo cuando le sustituyó en la segunda jornada contra el Girona. No se lo tomó nada bien el segundo capitán, que se quejó públicamente. Ahora vuelve a estar en una situación similar.

 

Las lesiones le perjudican

Marcelo ha tenido dos momentos en los que las lesiones musculares le han frenado e impedido coger el ritmo. Solari entiende que no puede jugar con riesgo de sufrir más percances y está obligado a ponerle fino, ágil y elástico. La primera lesión grave fue en el partido disputado contra el Sevilla en el Sánchez Pizjuán. Después de ese percance dejó de jugar y Lopetegui apostó por Nacho como lateral izquierdo en el derbi del Bernabéu. Alternó con Reguilón para ponerlo en la Champions ante el CSKA de Moscú. También en el Bernabéu. Marcelo regresó contra el Levante –20 de octubre– en el día que marcó un gol, pero perdió el Real Madrid en su estadio.

La forma de Marcelo y el peso no eran las ideales, pero siguió jugando con Lopetegui y se rompió en el Camp Nou –28 de octubre–. Cogió Solari el equipo y en su primer partido, en Melilla, decidió que el sustituto natural del brasileño era Reguilón. El canterano disputó los siguientes partidos: Valladolid, Viktoria Plzen y Celta. Cuando regresó Marcelo al once se produjo una de las derrotas más bochornosas del Real Madrid de Solari. En Ipurua contra el Eibar. Desde entonces, el entrenador y el preparador físico insisten al segundo capitán de que recupere su nivel y forma física.

La autoridad de Solari

Después de lo que estaba sucediendo con Isco se abrió el debate sobre la justicia de Solari para dejar al malagueño en el banquillo y tener a otro jugadores, con evidente mal estado de forma, en el once. Solari ha sido capaz de sentar a Isco y no adelantar el regreso de Casemiro al once porque Marcos Llorente se lo había ganado. Se produjo el relevo con la lesión de Llorente. Pero Marcelo seguía jugando en baja forma. Hasta que Solari ha querido demostrar que tiene más autoridad de lo que se piensan en el vestuario y es capaz de sentar al segundo capitán y poner en su lugar a un chaval. Es otro de los motivos por los que el ‘castigo’ de Marcelo era necesario.