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Champions: el planeta fútbol girará alrededor del Madrid-PSG

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Ocurra lo que ocurra, la eliminatoria entre el Madrid y el PSG dejará muchos damnificados. La Champions se ha convertido esta temporada para los dos equipos en un todo o nada. En un duelo de urgencias. 

"Nos jugamos la temporada", reconoce Sergio Ramos. A 17 puntos del Barça en la Liga y fuera de la Copa, la Orejuda se ha convertido, una vez, más en la obsesión del Madrid. 

En una oportunidad para salvar una temporada errática y desmentir algunas corrientes de opinión convertidas ya en mantras. Sobre todo dos: que el Proyecto Zidane está en pleno extravío. Y que el declive de Cristiano es cada vez más evidente. Mañana (1:45 pm hora costarricense) comenzará el gran duelo.

El técnico francés ha mostrado esta temporada la misma dualidad que provocaba sensaciones encontradas durante su etapa como futbolista. "No tengo nada que demostrar. No importa mi futuro", ha señalado hoy. 

Esta el Zidane tranquilo, con una serenidad contagiosa. Pero también está su versión más áspera y volcánica.

La sensación es que el Madrid esta temporada es un equipo con la barriga llena, ensimismado en sus éxitos recientes, y con signos claros de autocomplacencia.

Algo ha cambiado en el rendimiento de la plantilla esta temporada. La productividad de la segunda unidad y los elogios a la gestión de los recursos de Zidane están ahora bajo sospecha.

Y un debate que parecía superado, la conveniencia o no de la BBC en el once, vuelve a estar más abierto que nunca. De nuevo con dos víctimas coleaterales: Isco y Asensio, cuyo papel en el equipo va cambiando de manera cíclica. 

Cuentan en Madrid que este curso la plantilla ha conocido la cara menos amable de Zidane. Y algo parecido ocurre con su relación con los medios. Incluso Florentino ha intervenido con alguna visita al vestuario. 

La crisis del equipo no solo se ha extendido a los suplentes, esta temporada han estado en el centro de las críticas futbolistas como Marcelo, Modric, Kroos, Cristiano Ronaldo o Benzema.

El portugués llega al encuentro tras demostrar ante la Real que siempre es una amenaza, a pesar de que sea cada vez más un jugador de área. Cristiano ya no es aquel futbolista que en el United era capaz de sortear a tres rivales y enviar el balón a la escuadra desde fuera del área.

El portugués es un rematador sobrenatural, pero ha perdido mucha influencia en el juego. La eliminatoria ante el PSG aparece como una oportunidad para reivindicar su vigencia.

Pero una eliminación pondría en duda incluso su futuro en el conjunto blanco."Hay cosas que hacía cuando tenía 20 años y que ya no puedo hacer", reconocía recientemente en una entrevista en GQ Italia. 

LA REVÁLIDA DE NEYMAR

"Pido disculpas por mis errores, porque siendo un jugador de fútbol que es un ídolo para mucha gente se tiene que ser perfecto y muchas veces yo no lo soy, y ahí es donde vienen las crisis entre las personas, pero soy un chico de 25 años que viene aprendiendo mucho y todavía me voy a equivocar muchas veces.Siento que tengo que cambiar, que tengo que mejorar".

El pasado mes de diciembre Neymar no pudo contener las lágrimas. Era la imagen de un joven de 26 años agotado de estar permanentemente bajo sospecha. Neymar llegó a París el pasado verano tras semanas de confusión y con el ruido que le acompaña desde que era un adolescente. 

Su decisión sorprendió al planeta fútbol, pero no sus motivos. Neymar quería ser el número uno. Esa era su ambición. Y en el Barça, eclipsado por Messi, sabía que siempre estaría en la sombra. "Quería un reto más grande", dijo en su presentación. 

Desde entonces ha cumplido con todos los pronósticos. Es el jugador más diferencial de la Ligue 1, pero también mantiene los mismos hábitos fuera del campo que inquietaban al Barça. 

Neymar suma 19 goles en 18 partidos en la liga francesa. 6 en seis encuentros en la Champions y 2 en la Copa. Pero la afición del PSG todavía se está familiarizándo con su personalidad. Los pitos que recibió por no dejar lanzar un penalti a Cavani todavía resuenan en la cabeza del futbolista, a quien muchos auguran una carrera corta en París camino de Madrid. "Aquí encajaría seguro", ha insistido Marcelo.

Y eso que nadie tiene sus privilegios en el club parisino. Ni siquiera la presencia de Emery, un técnico muy intervencionista y ordenado, ha impedido que se esté viendo la versión más liberada de Neymar.

El '10' del PSG juega con la misma libertad que lo hace Messi en el Barça. Pero Neymar juega su propio partido. Hay encuentros en los que se sabe tan superior a sus rivales que se divierte con amagos, quiebros y rabonas en zonas muy alejadas del área. 

Su juego no ha contribuido a nuevos automatismos en el equipo, ni a un equipo más compacto, pero sí que le ha dado al PSG un desequilibrio individual demoledor. 

"No puedo estar más ansioso por jugar contra el Madrid. Imposible. Todos nos preparamos para jugar partidos así", reconocía hace unas semanas. Nada raro porque Neymar fue fichado para que el PSG diera el gran salto en Europa.

Una eliminación supondría un revés de dimensiones imprevisibles para el club. Por un lado dejaría a Emery con los dos pies fuera del club. Y por el otro, la figura de Neymar quedaría muy marcada tras un desembolso de más de 200 millones el pasado verano.

Nacho será el encargado de frenarlo en el Bernabéu. Madrid y PSG se juegan la temporada en un partido en el alambre.