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La prensa española empieza una nueva novela con la portería del Real Madrid

Foto: Florentino se plantea el trueque entre De Gea y Cristiano.

La carencia de resultados provoca que el Real Madrid se mueva en el mercado con cierta sagacidad. O más bien, que alteren el orden de las cosas. La insistencia de Zidane de confiar en el glamuroso grupo que sigue sus órdenes ha forzado a la entidad a competir en desigualdad para fichar. El entrenador francés, quién osa discutirlo con tantos éxitos y numerosos trofeos bajo el ala, no es cuestionado por la directiva. Solo los vaivenes del equipo en la Liga le han hecho perder algo de comba. Pero a golpe de resultados es capaz de revolverse para recuperar el reino de Florentino.

Sin embargo, algunas aristas discrepantes han surgido entre ellos. Para empezar, la forma de comunicar de Zidane ha cambiado. Ahora se ríe poco. Ahora ya no juega con chanzas o latiguillos léxicos. Ahora el semblante es más serio. Ahora el rictus es más encajador. Y se enfila la cuesta de la eliminatoria frente al Paris Saint-Germain. Este se ha convertido en el momento crucial de la temporada. El curso se va a dilucidar en función de lo que suceda en este duelo. Mucho de lo vaya a pasar a posteriori se explicará en el antes y en el después del doble enfrentamiento con los galos, donde un nombre estará en el foco de todo: CR7.

¿Es normal que Nacho sea el jugador más regular del Real Madrid?

 

Cristiano Ronaldo respira después del doblete frente al Deportivo. Él es el primero que no acaba de comprender la sequía liguera que lo acompaña. Si entra casi todo en la Liga de Campeones, ¿por qué no sucede lo mismo en la competición doméstica? ¿Por qué ese distanciamiento con el gol? ¿Por qué aparece el travesaño o el poste cuando antes el balón entraba a tocar red? ¿Por qué el portero rival se hace más héroe frente al goleador portugués? La cuestión —más allá del azar, pieza que no debe olvidarse nunca en este negocio— habita con la sugestión de sí mismo con la que parece actuar el Balón de Oro. Su estado de ánimo es el de un hombre enfadado. Eso dicen los que se aproximan o mantienen contacto con él. Eso demuestra en tardes como la del Depor.

Messi, Neymar y Cristiano

Algunas fuentes cercanas (y también interesadas) hablan de la exigencia de pedir más dinero o de los celos con otros como arma principal de su disputa con la presidencia del Real Madrid. Es decir, a cada renovación de Messi, se continúa con un '¿qué hay de lo mío, presi?'. Pero ya no es sólo el argentino. La inversión económica realizada en Neymar ha provocado otro descenso de escalón del portugués. Y qué decir de los futbolistas que hace un par de años firmaron altas cantidades en mercados que se armaban como poderosos, si bien, destinos venidos hoy a menos.

 

Más allá del dinero o de la revisión contractual que no admite Florentino Pérez, Cristiano Ronaldo se siente mal tratado por la dirigencia. Sigue sin asumir el modo de actuar del club en su relación con los problemas fiscales que lo rodean. La denuncia de la Agencia Tributaria pesa sobre el bolsillo, pero también sobre su ególatra imagen. Como tal, se siente profundamente decepcionado porque entiende que ha ofrecido más al club que éste le ha devuelto. Por aquí nacen los males del distanciamiento abierto que sufren las partes. Además, no olvida tampoco el escaso apoyo que recibió cuando fue expulsado en la Supercopa frente al FC Barcelona. Entonces, se sintió vilipendiado sin llegar a entender los motivos por los que la entidad era incapaz de rebajar una sanción que consideró cuantiosa e injusta a todos los efectos. Desde el club, entienden que él tampoco ha ayudado demasiado cuando habla públicamente para enjuiciar las altas y las bajas que se dieron el pasado verano. Sólo el apoyo de Zidane es incuestionable. El técnico también se salió del discurso oficial cuando explicó que “no me imagino un Madrid sin Cristiano”. Entretanto, Pérez flirteaba con Neymar.

Pues quizá Zidane debe empezar a pensar que la salida del astro portugués puede estar próxima. Es verdad que el órdago del verano pasado, unidos a sus líos con la Hacienda española, ya le dejó claro que debía capitular porque no recibió ninguna propuesta que le dejara satisfecho. Nadie de los grandes apostó por su figura: el PSG optó por Neymar y Mbappé; el City se gastó el dinero en un portero y varios defensas; el Barça creyó en Dembelé y después en Coutinho; el Chelsea, como el Bayern, optaron por dos de sus compañeros suplentes ​—Morata y James—; y el United decidió firmar a Lukaku para reforzar el ataque. Ante tal circunstancia, y con el deseo creciente de CR7 de abandonar el Real Madrid, su asesor deportivo ya ha planteado a la dirigencia blanca un movimiento de difícil ejecución. El club busca portero. La idea del agente luso, Jorge Mendes, es colocar a David De Gea en el Real Madrid y encontrar un lugar de confort para Cristiano. Sin duda, el Manchester United sería un destino idílico para quien nunca ha escondido que Old Trafford sigue suponiendo un lugar especial para él.

Es aquí donde aparece otra pieza de difícil encaje para este puzle: José Mourinho. Y es que aunque las relaciones no atraviesan el mal momento que los distanció en el vestuario del Real Madrid, ‘Mou’ ha elegido a Alexis Sánchez como el delantero que necesita. El chileno ha dejado el Arsenal y ha optado por el United antes que el City, en la pelea de gallos que mantenían por el goleador sudamericano. Obvio que Cristiano puede pelear por el rol de gran estrella, pero las preferencias del entrenador transitan por otros caminos. Por cierto, tampoco pasan por dejar salir al portero.

Desde Concha Espina se toman con calma el ofrecimiento porque son conscientes de que el ánimo de Ronaldo puede variar. Pero lo que tiene claro Florentino es que es el momento de mover el árbol para agitar el vestuario. Y eso pasa por remangarse y saltar sin red al ruedo del mercado. Y guardameta va a fichar. Será el momento de intentar Courtois o tomará cuerpo la enésima intentona por el guardameta de Manchester. Si fuera por el asesor de Cristiano y De Gea, el trueque sería un éxito para todas las partes. Al menos, ha contado con el atrevimiento de plantearlo para hacer pensar al mandamás.