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El brasileño Paulinho, el socio inesperado del astro del Barcelona Lionel Messi

Paulinho y Leo Messi celebran un gol en el encuentro contra el Eibar.

No es fácil jugar en el sofisticado Barça. Tampoco parece sencillo adaptarse a las necesidades de un número uno como Messi. Ni ganarse la aprobación del exigente Camp Nou.

Pero nada parece de momento imposible para Paulinho, que convirtió las miradas sospechosas de los hinchas azulgrana durante el verano en aplausos y una ovación del Camp Nou en el partido contra el Eibar. “No tengo que demostrar nada a la gente que dudaba de mí; sí a mis compañeros y al Barcelona. Y lo mejor es hacerlo dentro del campo, con victorias y goles”, expresa el brasileño.

La vida de Paulinho ha cambiado de color. Valverde le concedió su primera titularidad contra el conjunto de Mendilibar y el brasileño respondió con la misma moneda que en Getafe: un gol y la sensación de que su adaptación va más rápido de lo esperado. “Paulinho va a salir barato”, expresó Dani Alves con una sonrisa en Instagram cuando el azulgrana cabeceó a la red un córner de Denis Suárez. Tras los últimos dos partidos, los 40 millones de su fichaje ya no se presentan como arma arrojadiza ni parecen pesar en sus piernas a los 29 años. “Nos ofrece un perfil diferente a otros jugadores del equipo”, reivindica Valverde

Y su perfil se expresa con alegría en el ir y venir que propuso el Barça en la segunda parte ante el Eibar. “Tiene llegada al área, fuerza y entra desde la segunda línea”, le define el técnico. Así que a Paulinho se le vio más bien poco en el primer tiempo, dominado por el Eibar, que bloqueó la circulación de balón azulgrana. “Ha empezado con ciertas dificultades porque no encontraba el sitio. No es fácil”, defiende Valverde. Las dificultades se convirtieron en errores: Paulinho perdió 11 balones de los 54 que pasaron por sus botas, el tercer peor registro azulgrana tras Messi y Deulofeu. Su posición, más retrasada que la de los delanteros, no invita al riesgo. El dato refleja su incomodidad para elaborar y hacer circular el balón con fluidez.

“Ha jugado como interior pero en ocasiones, cuando Andrés [Iniesta] tiraba la presión, se acercaba a Busquets. El gol le ha ayudado”, insiste Valverde. Su tanto, el 2 a 0, minimizó el ánimo armero y abrió un escenario diferente, perfecto para que Paulinho mostrara al Barça, a Messi y al Camp Nou que lo suyo no es dar velocidad al balón sino encarar la portería con potencia. “Paulinho es como un Lampard en negro, pero también hace goles de cabeza. Es un fenómeno”, le definió Riquelme.

Si Messi fue el protagonista del partido, el brasileño fue su socio y el actor secundario perfecto: apareció en cuatro de los seis tantos del Barça y le pasó 11 veces la pelota al 10, más que a ningún otro compañero. De una pared entre Paulinho y Messi nació el tercer gol, el segundo del argentino. “Jugar al lado de Messi es especial. Es el mejor del mundo. Es un placer poder ayudarle a construir y lograr más cosas”, admite Paulinho.

El mediocampista se mostró cómodo al lado de Messi. Y el argentino pareció sentirse igualmente a gusto con su juego, algo no tan habitual en el Camp Nou. Comprender a Messi es una asignatura que algunos futbolistas no aprobaron a su paso por el Barcelona, de manera que la complicidad entre ambos se presenta como otro aval para Paulinho.

Su relación, sin embargo, parece construirse sin el balón de por medio. Paulinho habilitó a Messi en otro de los cuatro goles y fue decisivo en el de Denis, sin ni siquiera contactar con la pelota. Dejó pasar el balón entre las piernas para que llegara al argentino y acelerara la jugada en el tanto que remachó Denis después del tiro del argentino (3-0); y se llevó a un central con una diagonal que liberó al 10 en el 4 a 1. Nada de pases ni de combinaciones; comprensión del espacio y los menesteres de Messi.

Buena acogida

El rendimiento de Paulinho encandiló al Camp Nou. Pocas veces el estadio regala una ovación como la que dedicó al brasileño tras 57 minutos repartidos en tres encuentros. “Los goles facilitan que mi adaptación sea más rápida”, se felicita el mediocampista; “estoy muy feliz por el cariño de toda la gente del Barça. La mejor forma de retribuirlo es jugar con garra y ayudar”.

Paulinho suma dos goles en dos disparos y su rendimiento empieza a dar forma a sus pretensiones iniciales: “Siempre en toda mi vida he pensado que los retos se tienen que afrontar con valentía. No me gusta hablar por hablar. Yo demostraré lo que tengo que demostrar en el campo. Ayudaré a mis compañeros y trabajaré cada día. Estoy preparado por eso he aceptado venir aquí”.

Incluso la Federación Brasileña de Fútbol ironizó en Twitter sobre el actual nivel de Paulinho. “Un gol y una asistencia en su primer partido como titular en el Barça. ¿Es malo? Felicidades, Paulinho”.

No es fácil jugar en el Barça, ni en el Camp Nou, pero Paulinho acepta el reto. Hoy es el socio inesperado de Messi.