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El ex mundialista brasileño Paulo César Lima salió de las drogas

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Un habilidoso y veloz extremo izquierdo brasileño Paulo César Lima, que se mostró en los mundiales de México 70 y Alemania 74, logró vencer el drama de las drogas después de terminar arruinado.

Su vida y el futbol 

Félix, Carlos Alberto, Brito, Piazza, Everaldo, Clodoaldo, Gerson, Rivelino, Jairzinho, Pelé y Tostao. El nombre de Paulo Cézar Lima «Cajú» no figuraba en el once de Brasil que recitaban de memoria los aficionados de la selección campeonaen el Mundial de 1970, pero este medio punta era el hombre «número 12» de Lobo Zagallo, técnico en aquella cita. 

Como sus compañeros, levantaba la Copa del Mundo el 21 de junio de aquel año en el Estadio Azteca y recibía la medalla que le acreditaba como campeón, un preciado trofeo que años después vendía para poder comprar droga.

Nacido en 1949 en una favela de Río de Janeiro, «Cajú» fue considerado el primer «chico malo» del fútbol brasileño. Los vicios acompañaron la carrera de un futbolista que este sábado revelaba hasta dónde llegaba su desesperación por culpa de la droga. Reconocía que tuvo que vender la medalla que se colgaba en México para comprar cocaína. También una miniatura de oro del trofeo Jules Rimet. «Necesitaba la droga. Pierdes la noción total de lo que estás haciendo. No tienes equilibrio», explicaba en una entrevista al canal Globonews. Y es que las drogas fueron para él un calvario personal y un tormento económico. Le generaron cuantiosas deudas y perdía tres apartamentos para poder pagarlas.

La adicción a las drogas, pero también a la bebida, acompañó durante muchos años a un exjugador que no es la primera vez que genera polémica con sus declaraciones. Ya lo hizo con otra sorprendente revelación. Después de defender equipos brasileños como Botafogo, Flamengo, Fluminense y Vasco de Gama, y jugar en el fútbol francés (Olympique de Marsella), «Cajú» puso fin a su carrera en 1983 con la camiseta del Gremio. Aquel año conquistaba el Mundial de Clubes en la final ante el Hamburgo. Un partido en el que, según destapaba en un libro, «la mayoría del equipo jugó dopado».

«No escondí que había comenzado a consumir cocaína y que estaba bebiendo. Y resalté: ahora estoy limpio (desintoxicado), no admito ningún tipo de droga...», explicaba en su libro «De vuelta a la vida», un título clarificador de lo que fue su trayectoria. «Mi discurso valió poco (...) la mayoría del equipo tomó la droga y aquello me dejó muy triste (...)», relataba «Cajú».

Ahora es un hombre nuevo. Esta rehabilitado y este sábado aseguraba que, desde hace quince años, no prueba ni una gota de alcohol ni toma drogas. Bohemio y luchador dentro y fuera de los terrenos de juego, se perdió la Copa del Mundo de 1978 por reivindicar a su federación mejores premios para los futbolistas. Su carrera en la selección, con la que estuvo presente en los Mundiales de 1970 y 1974, se cerró con 78 participaciones.

Fuente: Diario ABC