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Atlético de Madrid y su éxito en los penales

La fe del Cholo Simeone que mueve  a los colchoneros

-Atlético de Madrid elimina en penales al PSV para clasificar a cuartos de la Champions

Confianza, eso les transmitió entrenador del Atlético de Madrid Diego Pablo Simeone, a sus futbolistas en los instantes previos a la tanda, según explicó el propio Juanfran, el héroe inesperado de una victoria agónica en 210 minutos de eliminatoria, que concluyó desde los once metros.

Marcaron por ese orden Marco Van Ginkel, Antoine Griezmann, Andrés Guardado, Gabi Fernández, Davy Propper, Koke Resurrección, Jeffrey Bruma, Saúl Ñíguez, Héctor Moreno y Fernando Torres. Los diez primeros, los diez dentro de las porterías de Jeroen Zoet y Jan Oblak, los guardametas de PSV y Atlético, respectivamente. Después, aún más tensión. Maxime Lestienne anotó el 5-6, José María Giménez el 6-6, Santiago Arias el 6-7, Filipe Luis el 7-7 e, instantes después, Luciano Narsingh lo lanzó contra el larguero. Le tocaba a Juanfran. Lo marcó.

Tenía claro por donde iba a tirarlo desde que Germán 'Mono' Burgos, segundo entrenador del Atlético, le transmitió que era su turno ante la expectación de 54.000 espectadores en las gradas y millones frente al televisor.

"Desde que me lo han dicho. Ha tirado Filipe antes que yo y ya me habían dicho Juanfran que dices que eres tú (el que lanza el siguiente)", apuntó el internacional español, que se dijo a sí mismo "abajo a la derecha y va a salir bien". Falló Narsingh, marcó Juanfran al decimosexto penalti y el Atlético pasó a cuartos. "No soy de tirar penaltis ni en los entrenamientos", admitía después, ya superada la madrugada en el estadio Vicente Calderón, el lateral derecho del conjunto rojiblanco, que hacía "muchísimo" que no tiraba un penalti: "Recuerdo uno con Osasuna en pretemporada con el Lazio". Fue hace casi siete años, el 13 de agosto de 2009. "Es el segundo creo como profesional", continuó Juanfran, que fue el octavo lanzador elegido por Germán 'Mono' Burgos.

UN AÑO DESPUÉS DE OTRA TANDA ANTE EL LEVERKUSEN

"Ya lo hizo la otra vez con el Bayer Lekerkusen, eligiendo a los que pateaban, y lo volvió a hacer este martes. Toda la felicitación para él en la elección", explicó minutos después del triunfo Diego Simeone.

De aquella tanda ante el conjunto alemán, que impulsó el 17 de marzo del pasado año al Atlético también a cuartos de final, sólo repitieron tres lanzadores: Antoine Griezmann, Koke Resurrección y Fernando Torres, también designado para lanzar el quinto penalti. Aquel día también tiraron Raúl García y Mario Suárez. Aquella noche necesitó diez penaltis (3-2), la de este martes dieciséis (8-7). "Está claro que ha designado a los que mejor los suelen tirar y ha acertado totalmente. Luego íbamos viendo desde el fondo quién dice y estábamos algunos sufriendo que no nos dijera a nosotros. Aunque no lo admita Filipe tampoco quería tirarlo. Y Lucas que iba detrás mío tampoco o Matías (Kranevitter), pero son momentos que hay que vivirlos y disfrutarlos", repasó Juanfran, el héroe de la clasificación.

La fe del Cholo Simeone que mueve  a los colchoneros

Estoy absolutamente convencido de que la suerte de los penales, la suerte del juego, incluso la supervivencia en la 'ruleta rusa', aunque la pistola hubiera tenido 20 balas en el cargador, el tiro final se lo hubieran dado los de la luz Philips, con sus bombillas de bajo consumo. ¿Por qué? Porque, como casi todas las religiones, el 'cholismo' tiene como marchamo, como eje principal, la fe y no existe ningún técnico en el mundo, ningún equipo en el mundo con la fe del Atlético de Madrid. Tenía que llegar a cuartos indefectiblemente. 

Por eso le dije a un amigo que el Atlético lograría la clasificación, aunque estuvieran pegándose tiros a penaltis hasta el amanecer, como en los 'spaghetti western' del gran Sergio Leone.

El Atlético no jugó bien. Peca y peca con el mayor pecado del fútbol, la falta de un rematador, la ausencia del gol de la redención. O la manera de manipular un sistema que produzca acciones de peligro y que no sea precisamente a balón parado, que ahora ya ni ocurren. Pero el 'cholismo' es fuerte física y mentalmente. Más que nadie.

El PSV comete los mismos pecados que el Atlético. Cocu, el técnico de Eindhoven, jardinero como el que más, destila con su filosofía un equipo muy bien centrado, con movimientos muy trabajados. Un equipo en conjunto, aunque carece también de un goleador. De Jong es un tronco, pero malo, malo. Debe de meter goles de cabeza cuando su equipo domina. En el Manzanares no era el día para los testarazos. Se necesitaba más imaginación.

El Cholo estudia y estudia, pero también se equivoca. Y se equivocó dando las luces del gol. Fía demasiado su fortuna a Griezmann. Le expone a una presión que no siempre responde, porque no es precisamente un goleador. Y con pocos espacios, el PSV no los iba a dar. Además, Carrasco no es el futbolista que conviene cuando apenas hay contragolpe. Faltó alguien y el Niño Torres es ya muy mayor para ejercer de héroe.

Simeone rectificó, pero mal, al tener que invalidar la posible astucia ofensiva de Koke y retrasarlo al doble pivote. Bueno, se ha equivocado mucho en la elección de plantilla esta temporada. Su caso Jackson es el más llamativo. Así que no creo que tenga una plantilla tan insuperable como se dice. Se tiene el 'cholismo', la fe y la religión del esfuerzo. Ese es un equipo que corre y no se mira el ombligo.

La fe mueve montañas, pero tiene también su final de recorrido. El PSV era una de la 'peritas en dulce' de la Champions y el 'cholismo' no le ha hecho un gol en en 210 minutos y ha tenido que jugar a la 'ruleta rusa'. Demasiado sufrimiento, aunque estemos cerca del Viernes de Dolores, que es cuando conocerá su nuevo equipo ateo.