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Barcelona y sus secretos de vestidor son revelados

En 1978 presidente Nuñez echó a Neeskens por un problema "fecal" 

Foto: Carles Naval sonríe con dos balones junto a Suárez, Messi y Arda (Efe).

¿Quién no ha soñado cuando era un niño con llegar a ser futbolista de primer nivel? Sin embargo, tan sólo unos privilegiados consiguen hacer del balón su profesión, esa por la que se desviven y en torno a la que gira su día a día. Pero lo que poca gente sabe realmente es qué es lo que ocurre más allá de lo que las cámaras son capaces de captar. Carles Naval, histórico delegado del Barcelona, es el último que se ha encargado en echar algo de luz sobre el tema.

 

Con más de treinta años como delegado del conjunto azulgrana, Naval ha convivido con centenares de futbolistas, cada uno con sus caprichos y sus manías, con los que ha tenido que lidiar en muchas ocasiones. Este lunes por la noche, el ilustre azulgrana recibió un homenaje en el programa 'El Club de la Mitjanit' de 'Catalunya Radio', donde contó muchas de las anécdotas que ha vivido en sus tres décadas como trabajador en la institución culé.

Los caprichos de los actuales futbolistas del Barça son muchos, aunque Naval es capaz de resumirlos en una sola frase: "Son muchos los que piden que las televisiones en las concentraciones sean enormes. Dicen que así pueden jugar mejor a la PlayStation...". Aunque, eso sí, quiso desterrar el mito que pende sobre Leo Messi: "No va de estrella, es un tío muy normal que hace lo mismo que el resto: desayuna, entrena, bromea...".

Los entrenamientos son otro de los puntos que más secretos guarda dentro de un club. Naval confesó que, en el Barça, la multa por llegar tarde parte de los 200 euros en adelante, dando el nombre del jugador con más castigos económicos acumulados: "Eusebio Sacristán, siempre llegaba tarde". También confesó que Ronaldinho era un habitual de la impuntualidad, si bien siempre entrenaba con sus compañeros: "Sólo se perdió dos sesiones en el Barça".

¿Quién durmió con la Champions?

Pero lo que Naval nunca olvidará -al menos de las anécdotas que pudo confesar en antena- es la petición de un futbolista en plena madrugada en un día festivo: "Un jugador me llamó a las dos de la mañana porque no le funcionaba la calefacción. Era Semana Santa. Por suerte, a las ocho de la mañana pude enviar a un amigo que se dedica a eso y que tuvo que aplazar unas horas un viaje que tenía planeado con su mujer". Un apagafuegos en toda regla.

También habló sobre los entrenadores del Barça, con especial recuerdo a dos que han cambiado la historia del club: Johan Cruyff y Pep Guardiola. Sobre el holandés, recuerda su reacción sobre el famoso penalti de Miroslav Djukic ante el Valencia: "Todos dábamos la Liga por pérdida, pero él estaba convencido de que lo iba a fallar". Sobre Pep, confesó quién ocupó su cama tras ganar la Champions en 2009 y 2011: "Ambas veces me pidió dormir junto a la Copa".

En su función de nexo entre el club y los jugadores, en ocasiones se ha encontrado con situaciones complicadas, que ha tenido que resolver como buenamente pudo. Naval recuerda con pulcra exactitud el día que llegaron tarde a jugar a El Sadar, en el que las nevadas impidieron al Barça volar, teniéndose que desplazar en avión: "A Pedro no le encontrábamos, y tuvimos que llamar a un vecino para contactar con él. Y con Xavi pasó algo parecido", confiesa.

Quizá uno de los problemas más recientes a los que se ha tenido que enfrentar tuvo lugar en Getafe. Aquel famoso Halloween en el Coliseum, donde los jugadores del Barcelona fueron muy criticados por cómo dejaron el vestuario azulón: "Esas fotografías que salieron en la prensa estaban exageradas", asegura. Carles Naval es una voz autorizada en el Barcelona, un hombre que tiene aun mucho más valor por lo que sabe y calla de las tripas del club de su vida.

El problema fecal de Nuñez que echó a Neeskens del Barça

Curiosa anécdota que acaba de salir a la luz tras la publicación de un libro titulado 'Barça Inedit'. Y es que, entre otros asuntos, Neeskens abandonó el Barcelona después de un 'incidente' con Núñez en el baño.

Según relatan las páginas de este relato, en 1978 el que fuera presidente del Fútbol Club Barcelona se encontraba en una situación delicada en un cuarto de baño del Rico Pérez de Alicante y pidió papel higiénico a su jugador Johan Neeskens quien optó por no echar una mano a Nuñez.

El ex directivo salió enfurecido y decidió que el Barça no renovaría al jugador holandés. Neeskens acabaría firmando por el New York Cosmos.

Fuente: Diario El Confidencial / Marca