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Columna Mano a Mano de Juan Luis Hernández Fuertes

“EL RINCON MÁGICO” ...

“El arte supremo del maestro consiste en despertar el goce de la expresión creativa y del conocimiento” (Albert Einstein)

En plena crisis educacional, el Sr. ministro Edgar Mora dejó frases lapidarias, difíciles de olvidar, por desacertadas e inoportunas. Para ser maestro se precisan una serie de virtudes, que parten de la vocación para enseñar o, lo que es lo mismo, servir a la sociedad. Y se le exige conocimiento, responsabilidad, sacrificio y solidaridad. Valores no al alcance de cualquiera. “El maestro deja una huella para la eternidad, sin que nunca se pueda decir cuando detienen su influencia”, según Henry Adams.

Son muchos días con los pupitres vacíos. Con un pulso en los Tribunales acerca de la legalidad de la huelga: pero al margen de quienes tengan la razón, hay tres factores que han de ser tomados en cuenta. Uno. - En esta convulsa situación, la excusa del Plan Fiscal sirvió para detectar donde están los ricos y cuáles son los índices de pobreza “in crescendo”. Dos. - La incapacidad notoria para que los responsables gubernamentales hayan agarrado el toro por los cuernos y se hayan sentado a resolver el problema. Mas bien pusieron a negociar los menos conocedores para solventar situaciones desconocidas para ellos, dada su escasa experiencia y, en general, el desconocimiento de la labor educacional. Y si alguien dice “que eran capaces”, es obvio que su gestión fue deficitaria. Y Tres. - El irrespeto manifiesto cuando a las mujeres se las tildó de ser incapaces de tomar decisiones a novel individual y más más bien deben juntarse varias para – entre todas, dar el paso decisivo para volver al aula. Ello además de irreverente es darle la espalda a un género que se ha caracterizado por ser el auténtico motor de la sociedad. ¿O acaso parieron los hombres?

A quien le atribuyen imitar el color de los calcetines de McDonald, se le ocurrió relegar a las maestras al “rincón mágico”. Quizás cuando su maestra explicaba no le ponía atención, su aprendizaje no superó los baremos mínimos. 

Y luego, de adulto, le pudo suceder lo que a otros muchos que aceptan puestos de responsabilidad para los cuales carecen de idoneidad. 

Hecho este más que notorio

Para: Everardoherrera.com

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