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Columna "Mano a Mano" de Juan Luis Hernández Fuertes

¡HOLA,FÚTBOL !

“Hay directivos que lo más redondo que han visto es una caja de zapatos” (D.T. Ánónimo) 

Decía Luis Aragonés que “el que más sabe de futbol, no sabe nada…”• Y apostillaba: “Hay que ganar y ganar y ganar y después… volver a ganar y ganar y…”

En consecuencia, ser entrenador es estar sometido a un examen cada siete días y en el caso de equipos de élite, prácticamente cada 72 horas, porque compiten a nivel nacional e internacional. Por ende, hay que tener un temple especial, la lógica capacidad y conocimiento, no exenta de una “mano izquierda” (muleta incluida) para “manejar” (si, entre comillas) un vestuario desbordante de culturas, personalidades, teorías, religiones y nacionalidades diferentes. Por ende, no hay un modelo de “entrenador ideal”, aunque los títulos los acercan a serlo.

A modo informativo, ¡Hola, Fútbol! es un libro que narra la “Evolución Mundial del Fútbol”, con énfasis en clubes y entrenadores que “marcaron épocas”; pero mientras se edita, abrimos espacio para una serie de reflexiones.

La vida me ha enseñado que lo mejor del fútbol no son los goles, ni siquiera los triunfos, sino los amigos que has ido cosechando a través del tiempo. Y además son... para siempre.

De ellos he aprendido que un dia quisieron ser futbolistas, muchos lo consiguieron, otros no. Décadas después resulta que conservan la imagen intacta de las sesiones de entrenamiento, las charlas técnicas, los sistemas de juego, los entretiempos, sus broncas, las reacciones personales y deportivas y, sobre todo, experiencias y anécdotas vividas en común, tanto en vestuários, desplazamientos o en lós terrenos de juego.

Y en ésta época, cuando muchos son irreconocibles, porque el tiempo no les perdonó: sus calvas relucen, las canas hacen madriguera y los cuerpos atléticos pasaron a ser parte de la historia. Se organiza una reunión y se invita a todos: futbolistas, entrenadores y dirigentes. Sucede que al llegar, se reparten abrazos a desconocidos, que antes eran íntimos y arranca la actividad, con aperitivo, buen vino, carne o pescado, postre y digestivo. El reloj marca las horas y todos ríen hablando de tiempos pasados y, sobre todo de “lo c... que eran con `el Míster´”; que ejercía de guardiã civil, psicólogo, padre y madre a la vez; simplemente a cambio de sacarles el máximo rendimiento y entregarle la victoria al club.

Para nunca olvidar... Es tangible que adquirimos una maestria que la vida y el fútbol -que son consanguíneos- nos puso al alcance. Y el gran legado -gracias a un balón- que nos queda a todos es... la amistad. Por ello, ¡Gracias, fútbol!

Para: www.everardoherrera.com

Facebook: “Mano a Mano”

- Juan Luis Hernández-Fuertes