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Equipo belga sufre tercera muerte de ciclista por un problema cardíaco

El ciclista belga Michael Goolaerts, del equipo Vérandas Willems-Crélan y fallecido el pasado domingo a los 23 años después de sufrir un paro cardíaco mientras disputaba la clásica París-Roubaix, pasó controles médicos en noviembre en los que fue declarado apto para correr y nunca había mostrado signos de enfermedad. 

En una trágica coincidencia otros dos corredores que militaron en el equipo también fallecieron por crisis cardiacas

"En noviembre pasó un examen completo, como cada año en el pelotón (...). No tuvo problemas entonces y Michael recibió luz verde para correr", trasladó su entorno a la agencia belga, en declaraciones que recoge este martes el diario "Le Soir".

El corredor del equipo Vérandas Willems-Crélan murió el domingo a las 22.40 horas en el hospital de la localidad francesa de Lille y en los próximos días se le practicará la autopsia en Francia.

 

El diario El Mundo de España presentó la siguiente nota sobre el fallecimiento de Michael Goolaerts: 

La muerte de un joven por una crisis cardiaca es inusual. Más extraño es que el fallecido sea un deportista. Lo que resulta definitivamente alarmarte es que sea un ciclista de alto nivel y que dos compañeros suyos también desaparezcan por similares causas. Una macabra coincidencia que ha estigmatizado para siempre al equipo Vérandas Willems, al que pertenecía el belga Michael Goolaerts (23 años), que el domingo acaparó portadas de todo el mundo al fallecer en un hospital de Lille después de derrumbarse en plena carrera de la París-Roubaix. Al lado de un talud, en el segundo tramo de adoquines de la prueba, las asistencias médicas intentaron reanimarle con un desfibrilador. El deceso se produjo antes de la medianoche.

Otro luto para el Vérandas, una escuadra en la que también militó el belga Daan Myngheer (22 años), fallecido el 28 de marzo de 2016 por un infarto cuando competía en la primera etapa del Criterium Internacional de Ajaccio. Fue campeón júnior de Bélgica en 2011, saltó al profesionalismo con el Verandas Williems en 2015 y luego fichó por el Roubaix Métropole Lille. En julio de 2012 también murió el belga Rob Goris (30 años), que estuvo en la estructura del Vérandas, por una parada cardiaca cuando se encontraba alojado en un hotel, poco después de participar en un programa de televisión junto a su novia, nieta del histórico corredor Rick Van Looy.

El Vérandas es una formación belga que trabaja con las categorías inferiores desde hace varias temporadas. En 2013, ya con la denominación Vérandas Willems, obtuvo la licencia Profesional Continental, por lo que puede participar en las carreras más relevantes del calendario internacional. Es un equipo modesto, con escasos triunfos, un buen trampolín para neoprofesionales. Actualmente, en su cúpula directiva figuran los belgas Gautier de Winter (director general), Ivan de Schamphelaere (gerente) y Jean-Luc Trevisani (director deportivo).

Mientras que la Fiscalía de Cambrai (Francia) ha anunciado que la autopsia de Goolaerts se realizará en los próximos días para esclarecer las causas de su muerte, numerosas voces han alertado sobre la necesidad de mejorar los controles médicos de los ciclistas. Hasta ahora, son los galenos de los equipos los que deciden si un corredor es apto para competir. Goolaerts había superado positivamente un test realizado en noviembre. Los especialistas recalcan que un seguimiento cardiológico no es garantía fiable al 100%. Goolaerts nunca tuvo problemas coronarios, según ha asegurado el entornó del corredor.

Controles anuales

El reglamento de la Unión Ciclista Internacional (UCI) impone controles anuales con el fin de detectar eventuales anomalías cardíacas, pero varios expertos ya han exigido un cambio de la normativa para que se establezca que la decisión de declarar «no apto» la tome una autoridad no vinculada contractualmente a los equipos. 

«Tal como ocurre en la medicina laboral, tiene que ser una autoridad exterior la que determine los exámenes que deben realizarse y quien aplique las decisiones tomadas por expertos cuando se detecten anomalías», reclama el doctor Armand Mégret, miembro de la comisión médica de la UCI. «Existe un reglamento médico UCI que impone un seguimiento biológico y cardiológico a los equipos», incide Mégret.

«Los exámenes no son nunca plenamente seguros. Incluso al mejor cardiólogo del mundo se le podría escapar una patología», advierte el doctor Kris Van der Mieren, miembro de la comisión médica de la Federación Belga de Ciclismo.

Fuente: Diario El Mundo España