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Movistar Team y su doblete imposible con Nairo Quintana

"Cuando el cuerpo no responde, no responde". La voz grave y entrecortada de Nairo Quintana en Le Puy-en-Velay definía con meridiana claridad cómo se encontraba físicamente. No hacía falta verle, ni siquiera haber sido testigo del desfallecimiento que había sufrido en la ascensión al Col de Peyra Taillade.

Le costaba articular palabras, apenas podía formular ideas mínimamente complejas, más allá de la voluntad natural del competidor nato que quiere más, aunque sepa que ya no puede, que cualquier esfuerzo que realice a partir del momento el hundimiento se pagará caro. Nairo sabía que, de tener alguna ínfima opción de acabar con laureles este Tour de Francia, las había perdido en un día no especialmente peligroso.

Otro año más en el que el "sueño amarillo" no se hará realidad. Son ya unos cuantos persiguiendo el reto que se planteó el corredor de Boyacá y todavía no ha encontrado la manera de hacer frente a Froome. "Para ganar a Froome hay que probar cosas diferentes", decía Mikel Zabala, entrenador del Movistar Team, a El Confidencial al inicio de este Tour. Movistar lo intentó echándose un 'all in' que resultó ser más bien un farol como la copa de un pino, no intencionado, pero farol al fin y al cabo. La variación fue drástica: Quintana iba a probar el doblete Giro-Tour en un mismo año con el objetivo prioritario de llegar en perfectas condiciones a Francia y, de paso, tratar de ganar en Italia. Ni una cosa ni la otra resultó.

Zabala explicaba cuál era la fórmula que habían ideado en el equipo telefónico para que su líder estuviera en perfectas condiciones para ganar el maillot amarillo. "La intención —en el Giro— era que estuviera bien en la tercera semana. Estuvo a punto —de ganar—, no se pudo por la contrarreloj. Ojalá no nos equivoquemos con él. Queríamos utilizar el Giro como paso previo para el Tour. Suele llegar mejor a su segunda vuelta del año y como no ha ganado en el Giro, ese aguijón se lo puede sacar en el Tour". En cambio, Nairo llegó mal al final del Giro y no fue capaz de distanciarse en la alta montaña de Tom Dumoulin, un contrarrelojista readaptado que le superó con creces en la última crono. Y desde el primer momento de dificultad en el Tour, sus piernas no encontraron fuerzas por ningún lado.

 

Otro de los preparadores del Movistar, Jorge Sanz, comentaba a este periódico la dificultad que implica correr Giro y Tour. "Por supuesto que la intención de competir y sobretodo disputar dos grandes en un mismo año hace que haya que medir mucho más los esfuerzos y los días de competición. La segunda grande puede hacerse dura física y psicológicamente, aunque entramos, como siempre, en la misma valoración: depende mucho del ciclista. Mejor ejemplo que Valverde en 2016...". Pero Valverde no pudo estar en el Tour este año. Hizo la primera crono y una curva maldita lo dejó en el hospital de Düsseldorf con la pierna fastidiada hasta 2018. De hecho, Zabala reconocía que "si a Nairo lo descuelgan y Alejandro se mantiene en posición de disputar, se podrían cambiar los roles". Una pena no saber hasta qué punto se podría haber cumplido eso... Una baja que no estaba prevista y que ha dejado a Nairo muy solo ante el peligro. Este domingo, su única ayuda fue Carlos Betancur, faltaban apoyos.

Correr Giro y Tour en una misma temporada se puede hacer y a buen nivel. Como dice Sanz, Valverde demostró que se pueden correr las tres, incluso. El mejor ejemplo en estos momentos es el de Mikel Landa. Probablemente, el corredor más en forma del top-10 de la clasificación general del Tour corrió el Giro, el cual no pudo disputar por una fuerte caída en la primera semana. Se recuperó de la misma, siguió luchando hasta encontrar su victoria de etapa y se trajo a España la 'maglia azzurra' de la montaña. Y hace tres días, si le dejan, si le llegan a apoyar, podría haber alcanzado el liderato de la 'Grande Boucle'. Landa está haciendo lo que las fuerzas no le permiten a Quintana.

"Los colombianos estamos protestando porque están quemando a Nairo Quintana, pues no debió correr el Giro si lo llevaban para el Tour". Luis Quintana, padre del jefe de filas de Movistar, le recriminaba de esa manera en Radio Caracol al Movistar la planificación que habían tenido esta temporada con su hijo. Una apuesta que, claramente, no ha funcionado. Contador lo probó en 2015 y si bien no pudo competir el Tour, lo finalizó en quinta posición y ganó el Giro. A Nairo en Francia le queda la manida épica, lo que otros llamarían salvar los muebles. El reto de hacer claudicar a Froome tendrá que esperar y habrá que hacer cosas diferentes para obtener resultados diferentes...

Fuente: El Confidencial