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Madison Bumgarner figura y el brazo milagroso de los Gigantes de San Francisco

Los últimos 15 outs con los cuales los Gigantes de San Francisco ganaron la Serie Mundial estuvieron a cargo de Madison Bumgarner, quien se consgró como el Jugador Más Valioso.

“No pensaba en número de entradas o picheos, si iba a finalizar o no. Solo deseaba sacar outs. Mejor imposible. A la vez es estresante, así que debemos agradecer la oportunidad y el estar bendecidos por el triunfo”, declaró Bumgarner.

Hace parte de los pícheres históricos del ‘Clásico de Otoño’. Contra Reales, abrió dos juegos. En el primero, siete episodios duró y le entró una anotación, en el otro arrasó con una blanqueada y en el decisivo vino la actuación de relevo. Acabó entonces con dos victorias sin derrotas, un salvado y un minúsculo promedio de carreras limpias permitidas o ERA de 0,43.

Dicha efectividad es aun más microscópica cuando se acumula todo lo que ha hecho en Serie Mundial. La rayita de Reales es la única recibida en 36 entradas, ¡su ERA registra un 0,25!, la mejor entre lanzadores con al menos 25 capítulos en esta fase.

El más reconocido

Este prodigioso zurdo proviene del estado de Carolina de Norte. Nació hace 25 años en Hickory y su nombre salió de una noticia. Su padre Kevin le contó al New York Times que vio un titular el cual informaba que el alguacil del condado de Madison se encontraba en problemas. “Así se llamará, me gusta el nombre Madison”, pensó.

Se educó en Hudson, un pueblo en el mismo estado. Le dicen Bumtown, pero no precisamente por el as de San Francisco sino por la abundancia de personas que con el apellido Bumgarner han vivido ahí. Ahora uno de ellos es el gran motivo de orgullo de un área que antes sacaba a relucir su industria de muebles, pues ya no es el fuerte.

En el South Caldwell High School lo dirigió Jeff Parham. La cantidad de strikes que lanzaba y la manera como los ubicaba alrededor de la zona asombraban a Parham. Esto sumado a su compostura y comportamiento ya presagiaba un futuro promisorio. Ni el divorcio de sus padres, Kevin y Debbie, ni los cazatalentos lo distrajeron.

Bumgarner llevó al South Caldwell High School a un título estatal en 2007 y la Universidad de Carolina del Norte lo tentó, sin embargo Gigantes lo tomó en el draft y se dio inicio a su carrera profesional como beisbolista.

¡Monstruoso!

El paso por ligas menores fue breve y en 2009 estuvo cuatro veces en el montículo de la ‘gran carpa’ y se estableció definitivamente en la rotación en 2010, un año nada fácil para él en lo personal, debido a la muerte de una media hermana.

En ese mismo 2010, con el colombiano Édgar Rentería como compañero de equipo, tuvo su primera apertura en una Serie Mundial. Colgó ocho ceros en el cuarto partido contra Rangers de Texas y Gigantes quedó a un triunfo de su primer título desde 1954.

En 2012, la temporada del estreno de un contrato de seis años y 35 millones de dólares, se paró en la lomita en el segundo enfrentamiento del ‘Clásico de Otoño’ frente a Tigres de Detroit y su aporte de entradas en blanco fue de siete.

Ya lanzaba como un as y escaló definitivamente a ese puesto en la rotación en el 2014, un rol sin decepciones para Bumgarner y Gigantes que gozan de su tercer anillo en cinco años.

Emociones y el campo

Al zurdo que cuenta con un 4-0 y 0,29 como abridor en Serie Mundial no lo consideran muy expresivo y en el caso de sus emociones, según él, durante los juegos “trato de mantener la misma compostura, no importa qué suceda. No me gusta que los otros, el rival por ejemplo, sepan y me digan donde tengo la cabeza”, explicó en la Serie de Campeonato pasada, fase en la que se le reconoció también con el premio al Jugador Más Valioso.

Bumgarner pasa las temporadas bajas en su finca, cerca al lugar de su niñez. Allá disfruta junto a Ali, su esposa, de unos caballos y unas vacas y le encanta un restaurante mexicano. Descansará con una satisfacción más allá del deber cumplido en la reciente campaña.

La figura latina fue el venezolano Pablo Sandoval

Sandoval puso el sabor latinoamericano a la Serie Mundial al cumplir la tarea de anotar la carrera que dio el título a Gigantes. A lo largo de la serie del ‘Clásico de Otoño’. Sandoval fue jugador clave para Gigantes, pero brilló aún más al saber coronar su actuación en el juego final por el título, al anotar dos de las tres carreras, incluida la que marcó la diferencia.

El antesalista concluyó la Serie Mundial con .429 de promedio de bateo, el más alto del equipo, que unido al logrado en las dos anteriores en las que participó, tras 12 juegos, lo dejó en .426. Los únicos que lo superan en la historia de la Serie Mundial entre los que han consumido al menos 40 turnos son el dominicano David Ortiz (.455) y Bobby Brown (.439).

Fuente: Diario El Tiempo